Textos complementarios

CURSO 2017

Evaluando Biblia

  1. Desde el punto de vista de la escritura ¿por qué y cómo se producen los textos religiosos?

  2. Desde el punto de vista de la lectura ¿qué dos grandes maneras de leerlos se producen y qué usos de los textos habilitan las mismas?

  3. ¿Qué tipo de textos incluyen las escrituras sagradas de cualquier sociedad teocéntrica y por qué?

  4. ¿Qué significa Biblia, qué relación tiene su nombre con su estructura y cómo se agrupan los textos que contiene?

  5. ¿Qué significado original tuvo la palabra testamento y qué relación tiene con el agrupamiento de textos bíblicos y las religiones a ellos vinculadas?

  6. ¿Qué significa la palabra canon, cómo se aplica a los textos bíblicos y qué consecuencias tiene su aplicación con respecto a los extrabíblicos?

  7. ¿Qué significa la palabra profeta y qué función cumplieron ellos en el judaísmo? Ejemplifiquen.

  8. ¿Qué relata el Génesis 1-2:4 y qué lugar le da a la mujer?

  9. ¿Cómo crea Yavé al hombre y a la mujer en Génesis 2-3?

  10. ¿Qué importancia tiene la idea de Juicio Final en las religiones monoteístas vinculadas al texto bíblico?

  11. ¿Cómo se explican la existencia de calamidades los sistemas religiosos de la Grecia Antigua y el cristiano?

  12. ¿En qué consiste la sustanciación y qué consecuencias tiene en el judaísmo?

  13. ¿Qué significa que el judaísmo avanzó de la monolatría al monoteísmo?

  14. ¿Cómo nace el cristianismo a partir del judaísmo?

  15. ¿Qué son los evangelios y qué tipos de evangelios existen?

  16. ¿Qué función cumplieron las epístolas en la difusión del cristianismo?

  17. ¿Qué información brindan los testimonios sobre la historicidad de Jesús?

  18. ¿Qué narra el capítulo 1 del Evangelio de Lucas?

  19. ¿Qué importancia tiene que al personaje divino se lo llame Jehová o Dios?

  20. ¿Qué función cumplieron los apóstoles y cómo la llevaron a cabo?

  21. Brevemente ¿en qué consiste el mito de Cristo?

  22. ¿Qué significa la concepción virginal de María?

  23. ¿Cómo es el personaje femenino del Génesis 2-3?

  24. ¿Cómo es el personaje femenino de María en Lucas 1?

  25. ¿Qué predica el cristianismo y qué relación tiene con lo que exigía la divinidad de los judíos?

  26. ¿Qué diferencias hay entre lo que exigen las divinidades en la literatura homérica y en la bíblica?

  27. ¿En qué idiomas se escribieron los libros de la Biblia y por qué?

  28. ¿Por qué hay dos ediciones de la Biblia con distinta cantidad de libros en el Antiguo Testamento?

  29. ¿Cómo se percibe en el contenido del índice  mismo del Antiguo Testamento que se trata de la literatura de una sociedad teocéntrica?

  30. ¿Qué características míticas tiene el personaje de Moisés?

Una obra conceptual u "ópera rock"  de la banda argentina Vox Dei basada en la Biblia.

Ahora ¿queda más claro lo que es un clásico?

CURSO 2015

POESÍA POSDICTADURA EN LA MÚSICA POPULAR

Entre 1985 y 1988 hubo un romance entre el renacido rock nacional y la renacida democracia. Las recién asumidas autoridades de la Intendencia de Montevideo y varias empresas apostaron a dar espacio a las incipientes formaciones de guitarras eléctricas, baterías ruidosas y letras atrevidas. La asociación entre política, publicidad y expresión juvenil, que conoció críticas por izquierda, decayó hacia el final de aquel primer período posdictatorial, pero fue otro signo de que ya nada volvería a ser como antes.
para Ignacio Martínez esto es historia pura: nació en 1987, cuando la mayoría de los hechos que investigó eran asuntos pasados. El fotógrafo Marcelo isarrualde, en cambio, fue un auténtico testigo.

Texto: Ignacio Martínez  / Fotos: Marcelo Isarrualde

“Nos sorprende mucho porque es la primera vez que alguien piensa que lo que nosotros hacemos es cultura”, dijo el veinteañero tecladista de Los Abuelos de la Nada, Andrés Calamaro, en la conferencia de prensa previa a los festejos por la asunción de Julio María Sanguinetti como presidente de la República, el primero de marzo de 1985. La dictadura terminaba de forma oficial y la Comisión de Festejos del Partido Colorado planeó un evento a toda pompa, con dos recitales bien distintos.

En la explanada de la Intendencia (entonces Municipal) de Montevideo actuaron dos de los máximos exponentes de la trova cubana —Silvio Rodríguez y Pablo Milanés—, además del Grupo Nacional de Danza de Cuba. Del lado uruguayo marcaron presencia Larbanois-Carrero, Canciones Para No Dormir La Siesta y Los Olimareños, que cerraron la fiesta a las cuatro de la mañana. En el otro escenario, en la Plaza Fabini, se presentó José Luis Perales, con más de 20 músicos del SODRE, y los argentinos GIT, Nito Mestre, Charly García (que interpretó canciones de su disco más reciente, Piano bar) y Los Abuelos de la Nada.

Según explica Sanguinetti, trataron de dar a la restauración democrática el mejor marco posible y la mayor presencia popular:

—Que la gente sintiera que el país estaba realmente empezando otra cosa y que era muy importante emblematizarlo. Por eso mismo se buscó la colaboración de todos esos artistas. Si mal no recuerdo, ninguno cobró.

 Hugo Medina y Julio María Sanguinetti en la tribuna del desfile militar en Plaza Independencia, el 18 de julio de 1988.
Hugo Medina y Julio María Sanguinetti en la tribuna del desfile militar en Plaza Independencia, el 18 de julio de 1988.

Ya no sorprende que en un festejo de carácter político u oficial haya una banda de rock, o que se considere que ese género es cultura. Ni sería sorpresa que el Estado, desde un departamento de cultura, organizara o promocionara festivales con bandas de rock uruguayo, auspiciados por varias marcas. Tampoco causa muchas caras de asombro alguien con una campera de cuero negro y una caravanita colgando de una de sus orejas.

Pero, hace tres décadas, con el retorno de la democracia, Uruguay, y en especial Montevideo, vivió una efervescencia a todo nivel, para la que muchos no estaban preparados. En plena ebullición de la olla, se cocinó el llamado “rock posdictadura”. La Intendencia capitalina, a cargo del Partido Colorado, metió la cuchara y ayudó a hinchar el guiso: organizó y promocionó recitales de rock, creó concursos para nuevas bandas y les entregó premios. Al mismo tiempo, la Policía inspeccionaba el guiso con su inquieto garrote.

De inmediato se alzaron voces en contra del rock criollo. Una en particular, proveniente del canto popular, desplegó un entusiasmo sin igual para advertir que el nuevo guiso no sólo olía mal sino que también tenía gusto imperialista. Se generaron debates sobre el rock que hoy podrían resultar anacrónicos y surrealistas, pero que reflejan la agitación y confusión de la época, cuando un acorde con reverb era “moderno” y todavía se sentían en el aire los últimos coletazos de la Guerra Fría. Pero, a fin de cuentas, ¿no era sólo rock and roll?

Gabriel Peluffo, con Los Estómagos, durante el Montevideo Rock II el 28 de febrero de 1988.
Gabriel Peluffo, con Los Estómagos, durante el Montevideo Rock II el 28 de febrero de 1988.

En 1983 el régimen dictatorial ya llevaba diez larguísimos y oscuros años y toda una generación nacida a mediados de la década del 60 tuvo que acostumbrarse a ir al liceo de uniforme y con el pelo corto. No había con qué divertirse. El rock, que desde sus inicios fue una válvula de escape para la juventud, prácticamente no existía en Uruguay. Gracias a los exilios y las disoluciones, bandas de la promoción anterior, como El Kinto, Días de Blues, El Sindycato y Psiglo, eran sólo un recuerdo que algún adulto podía atesorar en polvorientos vinilos, y las pocas radios FM que existían no pasaban esa clase de música. Así, casi toda una generación creció ignorando aquel caudal de rock nacional de fines de los 60 y principios de los 70. Por descontado, estar a la última del rock anglosajón estaba reservado a los pocos que tenían contacto con el exterior mediante viajes.

Pero ese año se empezaría a gestar un giro copernicano. El incipiente mundo del videoclip, que tenía omnipresencia en Estados Unidos con la cadena MTV —había empezado a transmitir dos años antes—, tuvo su versión charrúa: por Canal 5 salió al aire el programa Videoclips, con la conducción de Alfonso Carbone, músico y productor que había vivido en España e Inglaterra, por lo que estaba al tanto de las nuevas movidas, como el punk, el post-punk y, justamente, la new wave.

En agosto de 1983 se terminó de dar el giro: en el recién inaugurado Templo del Gato (un sucucho en Mercedes y Rondeau donde tocaban las pocas bandas que andaban en la vuelta, en su mayoría inspiradas en los virtuosos del jazz rock) se presentó una banda cultivada en Pando que sonaba absolutamente distinto: Los Estómagos. La banda era comandada por Gustavo El Gordo Parodi (guitarra) y Fabián Hueso Hernández (bajo); el cantante era un joven de 17 años llamado Gabriel Peluffo. No fue un ambiente fácil para los debutantes: a veces lidiaban con parte del público, que les chiflaba porque tocaban muy alto, o alguien venía por detrás para sacarles un fusible, y así terminar de golpe con el toque. Cuando les decían que dejaran de tocar, tocaban todavía más. Alguna vez tuvieron que salir corriendo, o porque alguien del público les quería pegar o porque venía la temida razia.

En esa pequeña cueva del centro de Montevideo, Los Estómagos plantaron la semilla del punk rock vernáculo, que pronto haría crecer sus distorsionadas raíces. El nombre de la banda que había tocado en esa especie de The Cavern criolla empezó a sonar por los rincones de la ciudad, y en diciembre de 1983 el exitoso programa de humor Telecataplum (de Canal 12) los invitó a tocar una canción. Siguiendo con su actitud provocadora, arremetieron con la irreverente “La barométrica”.

Qué mal olor que hay acá,
la barométrica hay que llamar,
pues si esta casa sigue así
no voy a poder respirar.

Uno de los tantos adolescentes que vivió la efervescencia de la posdictadura fue Gabriel Peveroni, quien todavía recuerda las reacciones de los adultos de su barrio el día después de la presentación de Los Estómagos en la televisión:

—Decían que eran milicos, como si fueran de la armada, porque tenían el pelo corto. No entendieron nada. Eran cosas muy diferentes y raras. Los pendejos entendimos porque alguna información íbamos teniendo: veías un clip de Duran Duran o Sex Pistols que pasaba Alfonso Carbone, y ya sabías cómo era el pelito, esto y lo otro.

Peveroni, hoy periodista cultural, pinta el panorama de la época: “Eran los años 80: en el mundo estaba el extremo del glamour, de la imagen, del post-punk, de la música disco, y acá era como si estuviéramos en Hungría. Pero estábamos en Uruguay: todo era gris, mal y aplastado. Te morías por ver de noche un clip de Duran Duran, que para nosotros eran extraterrestres. Y obviamente que querías ser como eso, porque te parecía que tenía más libertad, que era más divertido y mas hedonista. Y teníamos razón”.

En 1985, con el retorno de la democracia, vería la luz el primer álbum de Los Estómagos, Tango que me hiciste mal, lanzado por el sello Orfeo (parte de la empresa Palacio de la Música), que tenía como productor artístico a Carbone (figura clave para la incipiente movida, ya que la mayoría de los discos de rock nacional serían editados bajo su tutela). Tango que me hiciste mal transmitía una atmósfera oscura, y su primer tema, “Gritar” —que tuvo su correspondiente videoclip—, era todo un símbolo de la generación que vivió su adolescencia en dictadura:

La puerta cerrada de mi cuarto,
a mi alrededor la oscuridad
sin saber por qué estoy llorando.
Tengo muchas ganas de gritar.
¡Gritar!
¡Gritar!

La mayoría de las letras del disco seguía la línea punk: minimalistas, concisas y directas. El mejor ejemplo es “Torturador”, que carece de estribillo y tiene apenas dos estrofas:

Eres sólo un animal,
un enfermo mental.
Máquina de torturar
programada para matar.
Y dirás que era tu deber,
que sólo cumplías tu misión.
¿Cómo pudiste llegar 
hasta tal degradación?

Afuera del disco quedó “La música está enferma”, que era toda una aguerrida declaración de principios:

La música está enferma,
nosotros también.
Para recuperarla hay que volverla a romper.

***

Aún hoy se debate si el auge del rock uruguayo posdictadura fue un movimiento, una movida o simplemente algo espontáneo: varios adolescentes que tuvieron el impulso de colgarse una guitarra y gritar, cansados de la opresión de la dictadura. Lo cierto es que luego de Los Estómagos vendrían muchas bandas más, y varias bien distintas. Las más emblemáticas fueron Los Tontos, con sus letras que apelaban al humor y la ironía, y un sonido similar al de The Police, y Los Traidores, con la particular guitarra limpia de Víctor Nattero y las letras en extremo nihilistas, espetadas por Juan Casanova (“Montevideo agoniza / y ya nadie lo podrá salvar”), que quizá la convirtieron en la banda más punk de 
aquella época.

En medio de la vorágine, a mediados de 1985, se formó Guerrilla Urbana, que tenía como vocalista a Gonzalo Tüssi Curbelo, que hoy es periodista cultural y lidera la banda La Hermana Menor. En aquel tiempo tenía 16 años, y hoy recalca que, con las perspectivas actuales, era increíble a la velocidad con la que se movían las cosas:

—De pronto las bandas de rock salían como hongos de todos lados. Todo el mundo iba vestido con el buzo de Manos del Uruguay, el mismo mocasín y la camisa a cuadros, y de un día para el otro aparecieron tipos vestidos de negro, con los ojos pintados. Un día eras un zapato y al otro día un punk. Y de pronto las minas se empezaron a entregar. Fue una generación destape absolutamente. Aparecieron los grafitis: hasta ese momento estaban las pintadas políticas, pero esto era totalmente distinto. Se tapizó toda la feria de revistas under, había mil obras de teatro que eran re desafiantes. Y todo simultáneamente a la apertura política.

A fines de 1985 dos hechos consolidaron el impulso: Orfeo editó Graffiti, un compilado con canciones de las nuevas bandas, que, excepto por Los Estómagos, aún no habían lanzado un disco propio. Allí fueron incluidas “Riga”, de Zero —banda bastante diferente a las demás, tanto por la gola de su cantante como por sus ribetes tecno—, “Legión extranjera” y “Enciendo la radio”, de Neoh 23, “Cajas cromáticas”, de ADN, y dos de los temas más representativos del rock posdictadura: “La lluvia cae sobre Montevideo”, de Los Traidores, e “Himno de los conductores imprudentes”, de Los Tontos. “La del puré”, como se conocía coloquialmente a la canción de Los Tontos, fue un éxito omnipresente en la radios en el verano de 1986.

El disco Graffiti se presentó ante un colmado Teatro de Verano (unas 5.000 personas) el 25 de diciembre de 1985. No fue, sin embargo, el primer recital grande de la nueva movida. Diez días antes, el Departamento de Cultura de la Intendencia había organizado un festival gratuito en el Parque de Villa Biarritz, llamado Comuna Fiesta, al que concurrieron 10.000 personas para ver a El Cuarteto de Nos —que había sacado su disco debut a medias con Mandrake Wolf—, Zero, Flavia Ripa, Los Estómagos y Fernando Cabrera 
—que presentó su álbum Autoblues—. La crónica del festival del semanario Jaque (ligado al Partido Colorado) concluía:

Comuna Fiesta tuvo todo lo que debe tener un espectáculo para que vuelva a reiterarse: música, alegría, ausencia de piñatas, “relajo pero con orden” y una gran cantidad de público que con su presencia confirmó la necesidad que hay de organizar con mayor frecuencia estos recitales.

El director del Departamento de Cultura de la Intendencia de esa época era Thomas Lowy, quien también integraba el Consejo Editor de Jaque. Hoy explica que en el mundo se emprendía como novedad la creación de espacios institucionales encargados de políticas culturales. Según Lowy, el entonces intendente, el colorado Aquiles Lanza, fue el gran responsable de que se creara el Departamento de Cultura: peleó por que tuviera un presupuesto decente y se “arriesgó a una cantidad de acciones”, como los Circuitos Culturales (una treintena de lugares en los que cada semana se montaban espectáculos multidisciplinarios). Para Lowy, el departamento que dirigía tenía objetivos a largo plazo.

—Era para reconquistar la convivencia, el lugar del Estado como un espacio de todos, no como un enemigo. Porque habíamos vivido 15 años o más (previo a la dictadura formal) donde el Estado era un enemigo, no sólo de la cultura sino de la vanguardia, del tipo que cuestiona la propia condición del Estado, que busca cambios. Ése es un espacio que el Estado tiene que generar para que suceda, pero no dirigirlo. Era una plataforma. El rock entraba en eso, no era nada más ni menos, porque se hicieron cosas similares con las artes plásticas.

Los Traidores, Marcelo Mono Oliveira y Juan Casanova, en el Palacio Peñarol, esperando para salir a escena, en el concierto Video Clips, el 24 
de agosto de 1987.
Los Traidores, Marcelo Mono Oliveira y Juan Casanova, en el Palacio Peñarol, esperando para salir a escena, en el concierto Video Clips, el 24 
de agosto de 1987.

 

Sanguinetti dice que veía el auge del rock uruguayo de 1985 con una “enorme simpatía” y que él pertenece a la primera “generación rockera”, pero que en su juventud era aficionado al jazz y al tango. En 1956, junto con su esposa Marta Canessa, fue al estreno de Rock Around the Clock:

—Cuando irrumpe el rock, fundamentalmente con Bill Haley y sus Cometas, que fue la figura emblemática, y la película Al compás del reloj, fue un impacto. Hoy parece de la prehistoria, tanto es así que hasta se bailó en el cine. Yo lo recuerdo porque con Marta lo vivimos y lo hicimos. Pero bailando un rock que después se dejó de bailar —recuerda el ex presidente.

¿Vería Sanguinetti con “enorme simpatía” el auge del rock si hubiera escuchado “Buenos días, presidente”, de Los Traidores?

Regale tranquilo lo que queda de Uruguay,
continúe negociando cuando no habrá qué dar

[...]

Buenos días, presidente,
¿qué camiseta usará usted hoy?
Una roja, y tal vez una verde, o la del imperialismo.

Buenos días, presidente,
háganos un favor.
Buenos días, pedazo de imbécil,
¿por qué no se muere hoy?

La canción, que por su letra era una especie de “God Save the Queen” charrúa, iba a ser incluida en el primer álbum del grupo, Montevideo agoniza, aparecido en 1986, así como la que le dio nombre al disco, pero fueron obligados a dejarlas afuera en medio de la grabación. Veinticinco años después, Nattero dijo a La República: “Hubo una prohibición de ciertos temas, pero fue más que nada para que se protegiera la productora que por una censura que haya venido de algún lado”. Las canciones censuradas vieron la luz oficialmente recién en la reedición en CD que lanzó Bizarro en 2007.

***

El auge del rock trajo agitadas confrontaciones con algunos sectores del canto popular. Para Peveroni, ese enfrentamiento quedó “muy estereotipado”, porque si bien existió, también había mucha gente que estaba en los dos lados. El periodista recuerda un toque de Los Traidores, en la explanada de la Intendencia Municipal, en diciembre de 1985:

—Éramos 30 o 40 punkies, y apareció una barrita de cantopopu en pedo mal y medio agretas, que arriba de eso que sonaba (unos parlantes muy malos) empezaron a cantar “Canción urgente para Nicaragua”, de Silvio Rodríguez. Se armó lío: nos cagaron a palos, rompieron botellas y hubo algunos heridos; el batero de Los Traidores saltó y lo cagaron a palos. Eso fue después de la muerte del intendente Lanza. Juan Casanova dijo: “Ésta se la dedicamos a Aquiles Lanza, que bien muerto está”. Era una cosa bien de la época, habitual del discurso joven en contra de todo, medio anarco.

Pero el enfrentamiento más encarnizado entre el rock y el canto popular no se materializó en botellazos, sino en tinta negra. En enero de 1986, en el diario La Hora (vinculado al Partido Comunista, que hasta ese momento no le había dado cabida al rock y había promovido el canto popular), apareció una crónica de la Comuna Fiesta, de la pluma del músico Jorge Bonaldi (Los que Iban Cantando, Canciones Para No Dormir La Siesta), titulada “El imperio contraataca”. Al principio de la nota, Bonaldi describía lo que había visto:

Soltura de cuerpo, desinhibición, desenfado, desprejuicio, canción visceral. La ropa. El corte de pelo. Todo igualito. Igualito o al menos muy parecido a lo que veníamos observando en los últimos dos años en los videoclips estadounidenses. Y en los ingleses (que son más finos, siempre). La misma forma de remangarse la camisa, la misma caravanita colgando del lóbulo de la oreja izquierda, los mismos acordes. “Pero ¿cuánto tiempo habrán estado estudiando a David Bowie, a Spandau Ballet, a The Police, etc. para lograr una imitación que parezca tan autentica?”, preguntábame yo.

[...]

Eso tiene mucho merito, chico. Aunque más no sea por el tiempo invertido en ello. Ahora sólo se trata de recuperar la inversión y convertirla en ganancia. Y allí estaban ellos para eso. Eran los nuevos “rockeros” uruguayos. Y su joven empresario discográfico detrás.

Más adelante, Bonaldi decía que la diferencia con el rock de los 60 es que ya no se cantaba en inglés, sino que ahora únicamente “se tocaba en inglés”, y añadía énfasis en este punto: “Sí, querido lector, sí. Porque no solamente hay idiomas para cantar. También los hay para componer música. Y hasta para ejecutarla”. Luego, realizaba un breve repaso de los grupos uruguayos que años atrás cantaban en inglés (como “los hermanitos Fatorusso”), para concluir que los músicos de la generación de El Kinto (Mateo, Urbano, “Rada y su gente”), con su candombe-beat, “generalizaron el uso del castellano en el canto al encontrar esa hibridación musical”.

Pero Bonaldi explicaba que “quienes de verdad afianzaron la criollez en el cantar, enel decir, enel componer y enel tocar fueron primero los músicos de la Canción Protesta (años 70) y luego la generación del ‘Canto Popular’, es decir, “la canción de la resistencia”, que encendieron “lucecitas en gargantas y corazones en tiempos de desolación. Sin televisión. Sin Video-Clips, sin ye-ye. Sin relucientes instrumentos y casi sin micrófonos”, y que, sin embargo, “sólo eso alcanzó para levantar un muro de contención contra la imposición transnacional de música anglonorteamericana”.

El músico concluía con una referencia a “Estás acabado, Joe”, de Fernando Cabrera.

El sistema no se queda quieto ni por un instante y aprovecha cada milímetro que se le facilita. El Uruguay continúa siendo en casi todos los planos un lugar en situación de dependencia colonial. El “Canto Popular” fue un fenómeno muy fuerte y con escaso parangón a nivel continental. Ahora, el imperio contraataca. “Joe” no está acabado. Ni mucho menos.

Pero Bonaldi estaba lejos de quedarse en el molde. Semanas después, insistió en el mismo medio con “To Rock or no To Rock”, una nota en la que decía que el punk uruguayo era “un triste desubicado”, porque sólo copiaba “el lenguaje externo de una situación. El lenguaje superficial”, ya que su actitud sólo reflejaba “una vivencia ajena. Y las copias anulan la personalidad”.

La jugada imperialista, desde el punto de vista de la penetración cultural en las sociedades periféricas, es ésa: anular nuestra personalidad, abstraernos de nuestras vivencias, e inyectarnos sólo los efectos visibles de las suyas.

La nota finalizaba:

Resulta sugestivo observar que ese género que ya había sido superado en el Uruguay a principios de los 70 se le vuelve a ofrecer hoy a la juventud como salida para sus necesidades culturales, justamente de la manito del advenimiento de nuestra nueva democracia liberal y en momentos de una cierta distensión política. Vaya esto para los que gustan chuparse el dedo. Sería bueno que de estas cuestiones se ocuparan los sociólogos, de una puñetera vez. Yo tengo que tocar la guitarra. Ufa.

La posición de Bonaldi generó revuelo y un gran ida y vuelta de respuestas y debates sobre la nueva ola del rock (Bonaldi siempre iba por más: llegó a escribir que el mundo del rock era “un magnífico caldo de cultivo para el narcotráfico”), que duró más de un año y en diversos medios gráficos. El primero que refutó a Bonaldi fue el periodista Gerardo Sotelo, quien en esa época escribía sobre música en el semanario Aquí (órgano del Partido Demócrata Cristiano), con una nota titulada “Retrato maestro del ombliguismo”. Sotelo opina hoy que no hay que minimizar la posición de Bonaldi, ya que era la expresión “más tosca y más brutal” de algo que muchos otros no se animaban a decir.

Sotelo explica su visión:

—Siempre escuché rock, y leí sobre rock; lo entendía como una expresión musical y un fenómeno cultural con el cual te identificabas desde el punto de vista de la sensibilidad estética. No se cruzaba en ningún punto con lo que era Estados Unidos y su política exterior. Todos teníamos claro que habían propiciado y apoyado los golpes de Estado; nadie lo dudaba. Tampoco lo dudaban los colorados que dirigían el Departamento de Cultura de la Intendencia. No era un tema de “derecha contra izquierda”, ni de “imperialismo contra liberación”.

—Todas las canciones seguían siendo contra la Policía, contra la represión, contra los torturadores. Todas las bandas eran contestatarias. Lo que no tenían era el canto exaltante de la izquierda, no eran orgánicas. Los Estómagos tocaban “Hijos del Imperio”: “Manoseados, pisoteados, explotados, exprimidos, / reprimidos, traicionados, sin podernos liberar”. Era lo mismo que cantaba el canto popular pero más crudo —señala Curbelo.

Para Sotelo, Los Estómagos eran más rupturistas, en algún sentido, de lo que eran Larbanois-Carrero o Pareceres, y opina que, más allá de que no tuvieran una agenda política o ideológica expresa, constituyeron una brecha para la “cultura tradicional de izquierda”, que expresaban los grupos de la música popular uruguaya. “Tocaban en inglés en el sentido de que también en el mundo anglosajón hay sectores oprimidos, postergados y combativos. No eran tributarios de Elton John ni de Neil Diamond, sino de los tipos más revulsivos que había en el mundo anglosajón. Ésa era una visión que a buena parte de los músicos se les salteaba”, concluye Sotelo.

***

En 1986 el nuevo rock uruguayo avanzó como un tren descarrilado. Se multiplicaron los toques (cualquier lugar servía, como la escalera del Liceo Zorrilla o la de la Facultad de Arquitectura), se editaron más discos y, a finales de año, salió a la calle lo que faltaba para empujar la movida: un suplemento dedicado exclusivamente al rock, Día Pop, que salía todos los sábados con El Día (el diario más ligado históricamente al Partido Colorado). El suplemento se encargaba tanto del rock nacional como del internacional, era por demás colorido (hoy podría usarse como test para daltónicos), incluía posters de los músicos, letras traducidas (The Cure: “Los muchachos no lloran”), perfiles de bandas (REM: “El talento con acento sureño”), entrevistas, cartas de lectores y todo lo referido a lanzamientos discográficos (en uno de los primeros números anunciaba que, luego de casi diez años de lanzado, se editaba por primera vez en Uruguay en formato casete Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols). En el primer mes aparecieron Los Estómagos en la portada, con el título “La banda 
número uno”.

Día Pop tenía como lema “El primer suplemento para la juventud de Uruguay” y lo dirigía Alejandro Espina, quien también trabajaba en El Dorado FM (la radio 
rockera por excelencia, que había iniciado sus transmisiones en 1985). Espina recuerda hoy que el suplemento fue una iniciativa suya, un veinteañero que tenía ganas de escribir sobre rock. Primero llevó la idea al diario El País y, ante la negativa, se presentó en El Día, donde, dice, no conocía a nadie; allí encontró una respuesta afirmativa. El suplemento se afianzó y llevó a El Día a aumentar la venta entre 5.000 y 6.000 ejemplares (llegó a vender más de 30.000). “Fue todo un fenómeno: se recibían 30, 40 cartas por día de la gente. En aquellos años, que apareciera una foto de Bruce Springsteen era sorprendente, porque la gente no sabía la cara que tenía. Ver la cara de los artistas ya de por sí era una información válida”, dice Espina.

En las páginas de Día Pop también se jugó parte del debate sobre el rock. En una entrevista a Los Tontos les preguntaron qué opinaban del “colonialismo cultural”. Renzo Teflón Guridi, el vocalista, dijo: “Esa persona que dice eso tiene un reloj japonés, un par de vaqueros fabricados con licencia norteamericana, todo eso es colonialismo cultural”. El baterista, Leonardo Baroncini (alias Trevor Podargo), agregó: “El rock es internacional y ya dejó de ser parte de una cultura en especial. Darnauchans estaba tocando una vez y alguien le gritó: ‘¡No toques rock and roll que es imperialista!’. Entonces Darnauchans le dijo: el rock and roll es un ritmo, y los ritmos no tienen ideología”. Los Tontos contestaron varias veces a Bonaldi, a quien bautizaron “Naboldi”.

***

Cuando la ola ya había pasado, en 1990, Bonaldi volvió a insistir con el tema en una nota en la revista Graffiti, titulada “Transición y destrucción”. Después de explicar que la mayoría de las actividades de música popular (en el sentido acotado de “canto popular”) de los Circuitos Culturales y del Ministerio de Educación y Cultura no habían funcionado, señaló:

Pero hubo algo que sí funcionó, y ¡cómo!: la estructura de la Intendencia Municipal al servicio del lanzamiento del Rock de los 80 como panacea para las necesidades estéticas de la juventud uruguaya. Allí se terminaron las tonterías. No se trabajó ya en barrios marginales donde nadie se enteraba de nada, sino en zonas estratégicas: Teatro de Verano, Rural del Prado, plazas y playas de Pocitos, estadios… Inmediatamente se sumó (¡oh! casualidad) el diario El Día, órgano oficial del Partido Colorado, disponiendo de un centimetraje, un entusiasmo y un nivel editorial nunca vistos para otras manifestaciones musicales. Y la emisoras de FM, graciosamente adjudicadas por la dictadura. Y (¡oh! casualidad) las transnacionales de la gaseosa. Tampoco es casualidad que el Partido Colorado haya invitado grupos rockeros a sus actos políticos.

Más adelante, Bonaldi opinaba que se había tratado “de un movimiento trasnochado”, con una rebeldía “ordenada, previsible y formalita”, de “aspecto en un todo similar al rock madrileño de principios de década (que tampoco era original), pasado por Buenos Aires, pero con mucha menos calidad”. Además, agregaba que el rock “introdujo al menos dos elementos inéditos en los grandes festivales de música popular: la violencia y la circulación de droga blanda”.

Luego anotaba:

El fenómeno duró apenas tres años pero bastó para alejar a las nuevas generaciones de lo que aún quedaba funcionando del movimiento de la canción popular. El desarrollo masivo de ésta se detuvo totalmente y tocó fondo. Los salvajes sudamericanos siempre han comprado espejitos y cuentas de colores: la historia no tenía por qué ser diferente.

La nota concluía:

Pocas dudas quedan hoy de que el “Rock-nacional 85-88” configuró la propuesta de música popular de la administración colorada, administración claramente afiliada al proyecto transnacional. Y los izquierdistas que afirmaron que el Partido Colorado carecía de proyecto cultural cometieron un grave error, a la postre lesivo para nuestras necesidades de identidad nacional.

[...]

El conjunto de hechos y situaciones referidas bien podría agruparse bajo una sola palabra: DECADENCIA. Personalmente me inclino por el término DESTRUCCIÓN PREMEDITADA.

***

Lowy opina que Bonaldi “es un tipo particular que siempre ha tenido la bilis muy cerca de la boca”, y que había gente tan poco acostumbrada a que la juventud y los movimientos contestatarios formaran parte de la convivencia que cualquier puerta que se abriera en ese sentido iba a parecer intencionada.

—¿Por qué nadie observó eso con las artes plásticas? Teóricamente porque las artes plásticas no llegan tan fuertemente a las masas. El fenómeno del rock era una cosa tan omnipresente como el canto popular o como el folclore. Si no hubiésemos atendido al rock, habrían dicho que había intención de deprimirlo. Hay una bipolaridad: entre que los partidos tradicionales son tan imbéciles que nunca supieron ni siquiera saber para qué lado poner la flecha de una calle y, por otro lado, presuponer que juegan a carambolas de 84 bandas: que dentro de ocho años, si yo hago el festival, pega ahí, y después me votan. Nadie es tan sofisticado —dice Lowy.

Para Sanguinetti, la opinión de Bonaldi “hoy mueve a risa” y es “la visión conspirativa de la historia, que se mira desde un ángulo prejuicioso y nada más que eso”.

—Lo que se trataba desde la Intendencia era asumir la modernidad. Estábamos restaurando la democracia, pero la democracia no era simplemente para repetir lo viejo, era abrir espacios, tratar de que la juventud se involucrara. Y de que no sintiera que la democracia era una cosa vieja que volvía simplemente para restaurar lo antiguo —opina el ex mandatario.

Espina dice que su posición pasaba exclusivamente por la música y que, en cambio, la posición de Bonaldi era interesada:

—El rock le estaba comiendo el negocio. Si vos tenés un almacén, y viene un supermercado enfrente, empezás a patear. Y eso fue lo que le pasó a Bonaldi: él tenía un almacén y el rock era el supermercado. Lo más reaccionario que hubo del 86 al 88 en este país con el rock fue la izquierda. Pero hubo un cambio, cuando vino Amnistía Internacional: se avivaron de que el rock no tiene leyes, vinieron Springsteen y Sting, vieron que el rock podía ser una plataforma política y lo utilizaron. Entonces, a partir del 88, a la izquierda el rock le empezó a servir.

Hoy Bonaldi prefiere no hablar del tema, pero brinda su opinión por correo electrónico:

Me resulta francamente estéril, irrelevante e inconducente reactivar elementos de debate que tuvieron su punto de ebullición 30 años atrás. Hoy, en su madurez o su esquizofrenia, los uruguayos deben necesariamente convivir con las estructuras y los modos y pautas de cultura que aceptaron darse a sí mismos. Me limitaré a apelar a mi máxima predilecta: “La gente es igual a la música que escucha”. Ecuación que se puede ensanchar agregando “y a las comidas que come, a los libros que lee, las películas que ve”.

Cuarteto de Nos el 5 de mayo de 1988.
Cuarteto de Nos el 5 de mayo de 1988.

 

Día Pop fue el medio que más espacio le dedicó al que sería el evento que terminaría de consolidar el nuevo rock uruguayo: Montevideo Rock, realizado en la Rural del Prado, del 21 al 23 de noviembre de 1986. El evento fue organizado por promotores privados (Carbone, principalmente), promovido por la Intendencia (lo que significaba, entre otras cosas, exoneraciones de impuestos) y auspiciado por Coca-Cola (una empresa a la que “era realmente llamar y conseguir plata, para lo que fuere”, según Lowy).

En el evento tocaron la mayoría de las nuevas bandas uruguayas, más varios músicos extranjeros, entre los que se destacaron Sumo, Fito Páez y Legiao Urbana. Se estima que hubo unos 45.000 espectadores, sumando los tres días. También asistieron muchos policías, con las camionetas que coloquialmente se conocían como “chanchitas”. Sotelo, que fue a cubrir el evento, recuerda que descubrió que había “tiras”, es decir, policías infiltrados, de particular, “marcando gente o viendo qué era aquello”.

Según la extensa nota sobre el evento del semanario Brecha (que incluía el análisis de una socióloga y una psicóloga sobre el “fenómeno del rock” y la juventud), el cantante de Legiao Urbana, Renato Russo, al despedirse dijo: “No dejen que la Policía los machuque. No dejen que el gobierno los machuque. Sean fuertes. Que dios los salve”. Justamente, en el Montevideo Rock, Los Tontos presentaron la canción “Policías”, que saldría en su segundo disco.

Un policía golpea mucha gente,
dos policías golpean muchos más,
tres policías golpean mucha gente,
seis policías te pueden magullar.

En el festival hubo un concurso para nuevas bandas que ganó Guerrilla Urbana. El premio lo iba a entregar el entonces intendente, el colorado Jorge Luis Elizalde, quien —según recuerda Curbelo— en las gateras se quejó : “¿Cómo le van a dar un premio a una banda que se llama Guerrilla Urbana?”. Cuando anunciaron que iba a entregar el premio, empezaron a llover monedas e insultos sobre el escenario, y el intendente optó por no aparecer.

Guerrilla Urbana no llegó a grabar un disco y no duró más de un año, pero una de sus canciones puso sobre el tapete una de las manchas oscuras del gobierno de Sanguinetti: las razias. La canción “Razzia” decía:

Yo siempre quiero lo que no puedo tener
y es por eso que me tengo que esconder.
Esta noche no salgas a la calle,
esta noche, noche, noche, porque
¡Razzia!, ¡Razzia!

[...]

Hablando de la Gestapo ya están aquí.
No hay documentos, están detenidos,
todos bien quietos cerdos pervertidos.

Las primeras investigaciones académicas sobre las razias las realizó un grupo del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, a cargo del sociólogo Rafael Bayce, con colaboración de GASSubterráneo, una de las revistas alternativas de la época. Las conclusiones fueron publicadas en Cuadernos deMarcha, de mayo de 1988, donde explicaban que las razias eran “procedimientos de detención y aprehensión de individuos o grupos de individuos de manera innominada”, y agregaban que la mayor probabilidad de ser detenido la tenían “los varones entre 15 y 25 años”.

También es más probable que se produzcan en los lugares de concentración juvenil o sus alrededores. [...] Y más probable todavía que caigan en ellas varones jóvenes, cuyo aspecto físico, adornos, ropa o actitud difiera de la homogeneidad predominante.

La investigación señalaba que los punk, heavy metal (metaleros) y neo-hippies corrían más riesgo de caer en ese“etnorracismo y clasismo predominante”. Además, el texto denunciaba que las razias eran “absolutamente inconstitucionales, ilegales y contrarias a todos los convenios de derecho internacional firmados por el Uruguay”. También describía con detalle el accionar policial, como las falsas acusaciones para justificar los procedimientos: “Me parece que te vi robando”, “estás rompiendo mucho las bolas”, “estás de vivo”, “estás en pedo”.

Sanguinetti dice hoy que su administración tuvo que “cuidar mucho que no se generara una sensación de inseguridad y de desborde”, ya que “los militares contrarios a la salida siempre jugaron con el factor de la seguridad”, diciendo: “A ustedes se les va a ir todo de las manos, no van a poder con la seguridad, se los va a llevar todo por delante, y vamos a volver a los líos de los años 70”.

—Las razias eran simplemente procedimientos policiales que trataban de mantener el orden, y que luego con otro nombre siguen siendo todo lo mismo: operativo de saturación, operativo no sé qué. Desde nuestro ángulo era para tratar de mantener las balizas que acotaran un poco el camino para que transitara lo principal, que era la restauración democrática —dice Sanguinetti.

***

En febrero de 1988 se organizó la segunda edición de Montevideo Rock, en el estadio Luis Franzini, que tuvo la presencia extranjera estelar de Charly García. El evento fue diferente al anterior (según Día Pop, a las bandas uruguayas se las tomó con “frialdad”), sobre todo para Los Tontos. Parte del público los abucheó y les tiró de todo, al punto de que se tuvieron que retirar a los pocos minutos de deslizar las manos sobre sus instrumentos. La crónica de Brecha decía:

Cuando preguntamos por qué se atacaba al grupo de esta forma, nos dijeron que a la gente le cae mal que hagan propaganda para los pantalones Lee, que tengan un programa en la tele, que sean tan promocionados por los medios, que se vistan pitucos. Si éstas son las razones, tuvimos una demostración de ingenuidad colectiva, puesto que todos, sin excepción, estuvieron ahí haciendo propaganda para Coca-Cola, Coronado y Pluna.

Brecha denunció que uno de sus periodistas acreditados para el evento en calidad de fotógrafo fue intimidado, empujado, cacheado, “más allá de cualquier límite admisible”, y amenazado de arresto. Y agregaban que eso le había ocurrido a varios colegas de diferentes medios de prensa. Al final se preguntaban: “¿Hasta cuándo los uruguayos seguiremos siendo manoseados por las fuerzas del orden? ¿Hasta cuándo seremos posible objeto de los desplantes de algún uniformado nostálgico?”.

La actitud del público contra Los Tontos 
—la banda más popular de la movida, que llegó a girar por Chile y Argentina, a ser Disco de Oro y a conducir el programa La cueva del rock en Montecarlo TV— fue el primer pinchazo que ayudó a desinflar el globo del rock. Pero faltaría otro. En mayo de 1988 el Departamento de Cultura de la Intendencia organizó el festival gratuito Parque Rock-Dó, con el fin de promover nuevos grupos. En total tocaron 34 bandas por entonces ignotas, como Anticaspa, Incienso, Post Coito, Fruto Prohibido, Novocaína, Ilegal, Sádica, Inquisición, Orgasmo Rosa, Clandestino, Los Vagos, Agujero Negro, Las Tumbas y varias más.

En ese concierto se hizo famosa Clandestino, pero no por su música, sino por espetar insultos sobre el escenario. El País tituló en su portada “Desborde en el rock: un conjunto calificó de homosexuales a políticos y militares”, y agregaba: “La Intendencia presentó una demanda penal contra el grupo Clandestino por injurias”.

Lowy explica hoy que no pensaba hacer la denuncia, pero que un policía con “cara de piedra” lo miró como diciendo “me lo llevo”, en referencia al líder de Clandestino. Entonces, otro policía le dijo “mirá, éste es un duro, hacé la denuncia, así tenés el dominio sobre la situación”. Llevaron al líder de la banda a la comisaría y Lowy pensaba que saldría el mismo día. Estuvo preso un mes.

—Creo que nos olvidamos de que el 14 de febrero del 85 fuimos al Palacio Legislativo y dijimos “¿estos milicos van a largar esto?”. Hasta el momento que a Sanguinetti le pusieron la banda de presidente, todos estábamos diciendo “y de repente ahora vienen, se calientan y nos sacan para afuera”. Al otro día, no dejó de subsistir una especie de “cuidado, no nos pasemos de rosca”. En el caso de Clandestino, aparte de no tener ningún valor, y de romper una especie de acuerdo (la gente compitió por estar ahí), era otra vez romper lo que habíamos tratado de construir —concluye Lowy.

Así como subió, la movida del rock posdictadura bajó, cual nave rusa descontrolada que se desintegra en la atmósfera. Para 1989 la mayoría de las bandas se habían separado. Los Estómagos, que habían arrancado el big bang, realizaron su toque despedida en el cine Cordón ese año. El Partido Colorado no hizo despedida, pero nunca más ganó la Intendencia capitalina.

En abril de 1989 se hizo el festival Rock Verde, en El Tanque Sisley, para apoyar la campaña de derogación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, uno de los greatest hits del primer gobierno de Sanguinetti, que impedía enjuiciar y castigar a los culpables de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. Allí tocaron Los Estómagos, Níquel, Los Traidores, Zero, entre otras bandas. El Cuarteto de Nos fue uno de los grupos que participó más activamente en la campaña por el “voto verde”. Aunque ha cambiado su propuesta y algunos integrantes, El Cuarteto todavía sigue en pie; en cierto modo, la impunidad también.


http://lento.uy/cuando-la-democracia-hizo-pogo-lento-27-junio-2015/

En la noche

(entrevista de la diaria, 18/09/2015)

Con Gabriel Peluffo, antes del recital de Buitres mañana en el Velódromo Municipal.

Su voz forma parte del paisaje sonoro del rock vernáculo desde hace más de 30 años. Primero con Los Estómagos y después con Buitres, la banda que formaron en 1989. Cuando no está de rockero, se pone una bata blanca como su pelo y se convierte en el doctor y pediatra Gabriel Peluffo. Es vicepresidente de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, pero hoy no lo convocamos por ningún congreso de la especialidad ni por ninguna campaña de vacunación para los más pequeños. Canciones de una noche de verano es el shakesperiano título del último disco de Buitres, editado a finales del año pasado, con el que renovaron su sonido punk e incluso se animaron a acariciar melodías pop. Mañana no es un día más: toca Buitres a las 21.00 en el Velódromo y el cielo puede esperar.

-Buitres trabajó pocas veces con productores; recuerdo al argentino Michel Peyronel en el disco Mientras, de 2003. Para Canciones de una noche de verano contaron con el experimentado estadounidense Jimmy Rip. ¿Cómo surgió trabajar con él?

-La primera decisión fue trabajar con un productor, que es importante para la banda porque, como tú mencionás, es excepcional. La experiencia con Peyronel fue muy buena, muy intensa, pero las primeras reacciones que siempre tiene una banda es que alguien de afuera se metió a modificar las cosas. De todas maneras, con el tiempo valoramos la experiencia con Peyronel. En los últimos dos discos nos sentimos con la madurez suficiente como para abarcar todos los aspectos de la producción. Pero es imposible, no solamente por involucrarse en un grado de subjetividad mayúsculo, sino también por falta de capacidad en algunos aspectos. Lo de Jimmy fue una casualidad. En realidad, ni sabíamos que estaba en Argentina. Nos habían ofrecido el contacto seis meses antes y no lo habíamos tenido en cuenta, porque no conocíamos su faceta de productor; pecamos de ignorantes. No sabíamos que había trabajado en un disco de Mick Jagger [Wandering Spirit, de 1993], que, aparte, lo compré cuando salió. La experiencia fue buenísima. Y hay mucho de los 50, 60 y 70, que son las décadas que él ama.

-“Anillo de papel” es un rockabilly cincuentero con coritos pop.

-Ahí está, los coritos beatle, que él insistió mucho en poner. Esos arreglos los propuso Jimmy. De repente es algo que Buitres hizo toda la vida: una versión o algún tema con reminiscencias estilísticas pero ensuciándolo para que no se note. Él hizo exactamente lo contrario -ése es un ejemplo paradigmático-: “Si está este tema, llevémoslo al extremo para ver a dónde va”.

-“Canelón”, que para mí es la mejor canción del disco, también tiene un aire rockabilly con algo de country, pero la letra es un poco oscura.

-Sí, es una letra enigmática. Parece que fuera una especie de cuento infantil siniestro y tiene un trasfondo como de película o serie negra. Es una idea que llevé al ensayo. Creo que a todos les debe gustar cuando llevás algo para tus compañeros y se entusiasman.

-¿“Canelón” es tuya en letra y música?

-Increíblemente, sí; hay un arreglo muy bueno de Pepe [Rambao] cuando va al solo de guitarra. Son esas melodías que tenés en la cabeza mucho tiempo, y me parecía que era el momento de llevarla para que ellos se divirtiesen.

-¿Por qué en las canciones acreditan a los Buitres y no explicitan quién las compone?

-Es algo muy discutido dentro de la banda; cómo referir los derechos de autor. Ahora los derechos de autor tienen un peso importante en los ingresos, pero eso en nuestra historia es relativamente reciente. Probablemente, al principio, cuando firmábamos las canciones no pensábamos en la parte económica de los derechos de autor. Pero también va más allá, porque lo económico no es todo; también está el sentido de pertenencia, de poder decir “esto lo hice yo”. Lo que sí hicimos esta vez, porque veníamos firmando casi todo “Peluffo-Parodi-Rambao”, fue incluir a Orlando [Fernández] y a Nico [Souto], porque hace mucho que están en la banda, y si bien las ideas originales no parten de ellos, sí participan en las partes de arreglos. Estrictamente, los arreglos no deberían ser derechos de autor; es un límite gris, no muy definido. Pero nos parecía que era el momento de demostrar que estamos funcionando como banda. Esta formación es la que ejecuta mejor.

-En cuanto a tu interpretación vocal, ¿hoy te sentís más seguro?

-Sí, me siento mucho mejor, mucho más conforme con mi voz; ya no me asusta ni me enoja escucharla. Tal vez no pueda mejorar demasiado mi voz, y mi registro está ahí, pero hay un momento en el que podés variar. Creo que logré mejorar algunos aspectos técnicos y en este momento estoy en el umbral. A esta edad la voz ya entra en la meseta.

-Estás por cumplir 50.

-Sí, por eso, cumplo 50: lo que puedo hacer es cuidar la voz y seguir cantando así un tiempo más. También vas adquiriendo más graves, que para el que canta en español es una ventaja. A mí, que me gusta el tango y la milonga... vamos bastante bien.

-¿Tomaste alguna clase de canto o seguís siendo autodidacta?

-Sigo una línea autodidacta; escucho muchísimo y utilizo la técnica que empleo desde la escuela: la imitación, tratar de ver cómo lográs el registro de lo que estás escuchando. Imitaba a todo el mundo, desde Sandro hasta Beto Orlando. Escuchar cantantes, tratar de hacer lo que el tipo hace, para mí es un entretenimiento. Mis hijos a veces se ríen, porque cuando vamos en el auto aparece una música y yo me largo a cantar.

-En “Frío oscuro”, de Los Estómagos, ponías una voz estilo Sandro.

-Es que ésa era la voz impostada de Los Estómagos. Era una voz muy joven, más limitada y con un registro de adolescente; entonces, la forma de revertirlo era con la impostación. Todos cantábamos bastante impostados: Juan [Casanova], de Los Traidores; también Leo [García], de Zero, tremendo cantante, que tenía el mejor registro; igual, si lo escuchás tenía una gola de impostación. En la música de los 80 todos impostaban. Era un sello. Pero también se notaba en la música anglosajona de esa época.

-Volviendo al nuevo disco: capaz que como firman los temas como Buitres no querés hablar de las letras porque tal vez no las escribiste todas vos.

-Las letras de este disco las hice todas yo; así que no hay problema.

-Bueno, me llamó la atención que varias canciones parecen hablar más o menos de amor.

-Sí, es probable que uno sea recurrente y que sean pocos los temas de los que habla. Pero probablemente estemos hablando de distintas dimensiones del amor. A veces se está hablando del amor, pero no del específico hacia una persona; no es “Cecilia”, que está dirigida a alguien. Lo específico es el sentimiento, algo más genérico. Es más que nada un amor que está referido a la mirada de alguien, en la que el amor se expresa en una situación de deseo.

-El disco arranca con “La fuente del deseo”, justamente.

-“La fuente del deseo” es muy interesante, porque ahí planteo un tema un poco filosófico con respecto al amor. ¿Cómo se tejen las cosas buenas sin un par de condiciones que anestesien la pasión? O que cuando tenemos todas las cosas armadas, por suerte viene el amor y te tira todo al diablo. Porque en última instancia, siempre vamos buscando el equilibrio, pero cuando lo conseguimos nos complica la existencia.

-Si no me falla la memoria, éste es el primer disco de Buitres en el que escribiste todas las letras.

-Sí, me mandé. Porque de un disco al otro pasó demasiado tiempo y les dije: “Quiero escribir”. Fue una actitud egoísta, pero no caprichosa. No fue de acaparar; tenía necesidad de escribir.

-Supongo que para escribir te pesa en la espalda el material histórico de Buitres. Canciones de una noche de verano es el duodécimo disco del grupo.

-Sí, pesan mucho. Nosotros podíamos habernos quedado con el repertorio histórico, recrearlo y quedarnos por ahí. Pero me parece que en los últimos dos discos aceptamos que no podemos pelear contra lo histórico y tratar de jugar una carta. Pero no cambiar por cambiar, sino porque realmente disfrutamos de la composición, del acto creativo.

-Vos no vivís de la banda; eso te quita presión a la hora de sacar discos.

-No podés agarrar una banda, meterla en un cajón y decir: “Por dos años no hago nada”. No es Inglaterra ni Estados Unidos. Hay algo de obligación en la continuidad. Pero no tenemos que salir con la banda para comer, ni tenemos la necesidad de editar, ni ningún compromiso con nadie; somos independientes y licenciamos la salida de los discos: los financiamos nosotros y conseguimos a alguien que los saque. La historia de la banda siempre fue de enroscarse con un disco que para nosotros era el mejor del mundo -saliera bien o mal- y salir a defenderlo en una gira. Ésa es la llama de la banda. Y aceptar la popularidad, que es algo que nos costó un poquito, pero también es lindo.

-¿Cómo vivís la popularidad?

-No estás cosechando nada que no hayas sembrado. No es que yo quería ser músico de elite y tocar para tres personas, o que la gente me reconociera por la parte intelectual o poética. Los Estómagos no pudieron serlo -y al final justamente quedaron como algo mítico y resguardado para un núcleo de gente-, pero en realidad querían ser populares; lo logramos con los Buitres. No podemos renegar de eso ahora. Yo no reniego en absoluto, pero no quiere decir que me banque todas las cosas que te trae la popularidad. Pero la tengo que llevar. Ser reconocido en todos lados todo el tiempo no está muy bueno, pero no me puedo quejar.

-¿El rock te trajo alguna experiencia negativa a la hora de ejercer la medicina, por algún prejuicio?

-Sí, sería absurdo negarlo. Ahora parece que estuviera todo bien, pero el hecho de cantar rock en determinado momento limitó algunos aspectos relacionados con la carrera, de acceso a determinados trabajos o de tener que luchar contra algunos prejuicios; no sólo en los ámbitos laborales, sino también en los académicos, por parte de los que te contratan y hasta de los usuarios. Si negara esto ahora sería para tratar de quedar bien con todo el mundo, y no... Pero bueno, también rescato a la gente que me abrió las puertas pese a todo esto y a la gente que se atiende conmigo pese a todo el mito que me rodea. Porque, en última instancia, ni por un lado ni por otro; soy un tipo extremadamente normal.

-¿Por qué dejaste las guardias?

-Porque me cansaba; no podía. Es mucho trabajo. Igual, la guardia que dejé me gustaba. Pero sigo con la docencia y el [Hospital] Pereira Rossell, y también trabajo en policlínica.

-Viajemos al pasado sin escalas: se cumplieron 30 años del retorno a la democracia y de aquel estallido de rock posdictadura del que Los Estómagos fueron punta de lanza con Tango que me hiciste mal. ¿Cómo ves hoy aquel fenómeno? ¿Sos de pararte a evaluarlo de vez en cuando?

-Sí, lo evalúo, porque son esas oportunidades que se dan en la historia y vos justo estás ahí. Era un momento en el que la sociedad uruguaya estaba viviendo una encrucijada inédita. Éramos chiquilines que nos habíamos criado en dictadura pero que todavía éramos lo suficientemente jóvenes como para no tener tantas secuelas. Pudimos vivir esa etapa de libertad, y ser protagonistas de la voz de muchos chiquilines de nuestra edad que prácticamente no podían opinar, no solamente por una cuestión de que se venía de una dictadura, sino porque la sociedad estaba estructurada de una forma en la que la gente joven no podía hablar de nada. Es más, en los primeros años de la democracia, todos nosotros

Los Estómagos, Los Traidores, Los Tontos- sufrimos el peso de una sociedad que estaba extremadamente estructurada y avejentada en su forma de pensamiento. La dictadura había calado hondo en los principios de la sociedad; no podía permitirse que la gente joven tuviera una expresión artística o que esa expresión fuera medianamente digna de algo. Nos dieron palos de todos lados. Nos dijeron que éramos extranjerizantes, que tratábamos de lavarle la cabeza a la gente y que pertenecíamos a sectores acomodados de la sociedad. Costó, pero fue tan fuerte que dura hasta el día de hoy. Habrá gente que no estará de acuerdo con la historia siguiente de nosotros como artistas, pero todavía convivimos con gente de esa época que va a los shows. Fue muy fuerte.

-Entre las críticas, estaban aquellas notas de Jorge Bonaldi contra el rock.

-La postura de Jorge siempre se supo. Pero no era solamente él, había otras personas también, entre ellos muchos periodistas. No hubo nada menos interesado y más espontáneo que ese fenómeno. Se dijo que era un invento de [Alfonso] Carbone y no fue así. Carbone era el productor del Palacio de la Música, y en ese momento venía de la cumbia, que había sido uno de los fenómenos artísticos más importantes durante la dictadura; había habido una transición con lo que se podía hacer del movimiento del Canto Popular -porque muchos artistas tenían una actividad limitada-, y en medio de eso, el tipo vio que había un montón de bandas de jóvenes de entre 17 y 20 años que se parecían mucho a la nueva ola española y la contuvo hasta que vino la democracia. Porque todos le estábamos golpeando la puerta desde el 83 y el tipo no sacó un disco hasta que no vino la democracia. Tuvo inteligencia como articulador, pero no fue un fenómeno inventado por Carbone. Fue grandioso que hayamos sobrevivido al tiempo; pero igual nos aplastaron, porque en el 88 ya no existíamos.

-¿Por qué se apagó el fenómeno?

-Y... nos mataron. Después de la explosión de la democracia vino una contracción muy grande, desde el punto de vista económico, cultural y social. Todo lo que pasó en el 85, en el 88 pareció que se hubiera hundido. Fueron años bastante tristes y difíciles, pero no solamente para el rock; para la cultura en general. Pasada la euforia de la democracia, vino la realidad a golpearnos la cara.

-Así como está el mito de The Beatles y el hedonismo de los bares de Hamburgo, acá tenemos la leyenda de Los Estómagos en el Templo del Gato y el supuesto rechazo de parte del público.

-Eso es divertido, pero eran lugares de 100, 200 personas. Era pesado el ambiente; y nosotros éramos muy chicos. A todos los músicos y a toda la gente que de repente no les gustaba y que todavía, años después, siguen opinando que aquello no... yo no les tengo ningún tipo de resentimiento ni nada por el estilo. La historia demostró que los fenómenos culturales se dan en determinado momento y pese lo que pese, como el empuje hormonal: apareció y tenía que aparecer. No podías poner a los grandes de la música popular a hacer lo que hacíamos nosotros, Los Tontos, Los Traidores, Zero o Neoh 23. Incluso había tipos que tenían una calidad distinta, como El Cuarteto de Nos, que capaz que no formaban parte de ese núcleo, que era extremadamente primitivo.

-Buitres ha rescatado temas de Los Estómagos en los toques, como “Frío oscuro” y “Solo”. ¿Por qué ésos?

-Primero, porque empezamos tocando los temas de Gustavo [Parodi]; si bien firmábamos como Los Estómagos, ésos eran temas de él: “Avril”, “Solo”, “Frío oscuro”. Y llegamos a tocar temas compuestos por todos o “Parodi y Hernández”. Los Estómagos eran nuestra adolescencia. Es difícil que cualquier persona en cualquier lugar se sienta identificada con eso. Puede ser que un adolescente ahora lo escuche; todavía hay gente que dice que lo mejor fue lo de Los Estómagos. Eso forma parte de mi vida, pero tenía menos recursos que ahora en temas vocales y compositivos. Yo participaba muy poco en la parte compositiva de Los Estómagos. Eran Parodi y Hernández.

-¿Cómo quedó la relación con el Hueso Hernández?

-Bien. Hemos tratado de volver a juntarnos. Mientras estemos vivos, siempre estamos a tiempo.

-Él era el que le aportaba la parte más oscura a Los Estómagos.

-Sí, les gustaba lo mismo a los dos, pero a Parodi le gustaba más lo punk, y al Hueso más el afterpunk y cosas más oscuras.

-Con Buitres viviste la segunda ebullición del rock nacional, de principios de los 2000. ¿Encontrás alguna similitud con la primera?

-Lo que pasa es que la masividad del fenómeno que se dio a la salida de la crisis [de 2002] yo nunca la había vivido. La del 85 no fue igual. La última fue tremenda. Nosotros largamos a tocar en 2003 y paramos en 2010. Estuvimos siete años tocando; no paraba nunca. Entre 2003 y 2008 sacamos tres discos, y cualquiera de los tres llegó a vender 15.000 unidades. Era una cosa estratosférica. Y sumale a No Te Va Gustar, La Vela Puerca, El Cuarteto, la banda de mi hermano [Trotsky Vengarán] y el fenómeno de La Trampa. Nosotros llegamos a tocar cinco veces para 80.000 personas gracias al Pilsen Rock.

-¿Por qué creés que se dio el bajón del rock de los 2000? Hace unas semanas, tu hermano, Guillermo, dijo que algunos críticos les “pincharon el globo”.

-No coincido mucho. No creo que haya habido factores externos que tengan tanto peso. Sí, en este país cuando le va bien a alguien, mejor callate la boca. Me acuerdo de un comentario en la radio: se hizo un recital en Flores en el que se cobraba una entrada -en el Pilsen Rock se cobraba una entrada básica-, y se vendieron 15.000; un locutor dijo que había sido un fracaso. La cosa más absurda. Sin embargo, esas cosas pasaban. Pero bueno, los fenómenos se cortan. No Te Va Gustar, La Vela Puerca y El Cuarteto de Nos siguen su actividad afuera de Uruguay, y cuesta tener una especie de sentimiento común; sin embargo, estas bandas siguen metiendo miles de personas. El fenómeno del Pilsen Rock tampoco fue algo exclusivamente artístico; no eran solamente las bandas. Para la marca, los cracks eran ellos, la empresa, los gerentes de marketing; para nosotros, éramos las bandas. Pero había un contexto. Nadie se puso a explicar por qué durante seis años 100.000 personas se juntaron en el Pilsen Rock y cantaban todas las canciones de esas bandas.

-Hace pocos días, Gustavo Parodi dijo en una entrevista que debe ser el único nabo que piensa que el disco Mientras es mejor que el último. ¿Qué opinás?

-Mientras es flor de disco. Ahí yo no me meto. Porque me encanta este disco, pero si vos tenés un disco que tiene la llegada que tuvo Mientras -de espectro de gente y de explosión de popularidad-, no se puede comparar. Si este disco hubiera calado popularmente como lo hizo Mientras, del que cinco temas pasaran a ser clásicos de la banda... Yo salgo a defender Canciones..., pero “Mincho Bar” es “Mincho Bar”; no hay con qué darle, es un temazo.

-¿Tenés muchos debates con Parodi?

-Sí, pero no es tan importante. Al principio, me preocupaba mucho por que los tres fundadores tuviéramos la misma visión de la banda; y de repente entrás a ver lo que significa la banda para Gustavo, para Pepe y para mí, y son cosas diferentes. Y está bien que así sea. Tenemos vidas diferentes y lo vemos de forma diferente. Lo importante es que cuando estemos juntos, estemos juntos.


ROMANCERO VIEJO (recopilación de Menéndez Pidal)

ROMANCE DE LA DONCELLA GUERRERA

 

Pregonadas son las guerras  

de Francia para Aragón,

¡Cómo las haré yo, triste,  

viejo y cano, pecador!

¡No reventaras, condesa,  

por medio del corazón,

que me diste siete hijas,  

y entre ellas ningún varón!

Allí habló la más chiquita,  

en razones la mayor:

—No maldigáis a mi madre,  

que a la guerra me iré yo;

me daréis las vuestras armas,   vuestro caballo trotón.

—Conoceránte en los pechos,   que asoman bajo el jubón.

—Yo los apretaré, padre,   al par de mi corazón.

—Tienes las manos muy blancas,   hija no son de varón.

—Yo les quitaré los guantes   para que las queme el sol.

—Conocerante en los ojos,   que otros más lindos no son.

—Yo los revolveré, padre,   como si fuera un traidor.

Al despedirse de todos,   se le olvida lo mejor:

—¿Cómo me he de llamar, padre?   —Don Martín el de Aragón.

—Y para entrar en las cortes,   padre ¿cómo diré yo?

—Besoos la mano, buen rey,   las cortes las guarde Dios.

Dos años anduvo en guerra   y nadie la conoció

si no fue el hijo del rey   que en sus ojos se prendó.

—Herido vengo, mi madre,   de amores me muero yo;

los ojos de Don Martín   son de mujer, de hombre no.

—Convídalo tú, mi hijo,   a las tiendas a feriar,

si Don Martín es mujer,   las galas ha de mirar.

Don Martín como discreto,   a mirar las armas va:

—¡Qué rico puñal es éste,   para con moros pelear!

—Herido vengo, mi madre,   amores me han de matar,

los ojos de Don Martín   roban el alma al mirar.

—Llevarasla tú, hijo mío,   a la huerta a solazar;

si Don Martín es mujer,   a los almendros irá.

Don Martín deja las flores,   un vara va a cortar:

—¡Oh, qué varita de fresno   para el caballo arrear!

—Hijo, arrójale al regazo   tus anillas al jugar:

si Don Martín es varón,   las rodillas juntará;

pero si las separase,   por mujer se mostrará.

Don Martín muy avisado   hubiéralas de juntar.

—Herido vengo, mi madre,   amores me han de matar;

los ojos de Don Martín   nunca los puedo olvidar.

—Convídalo tú, mi hijo,   en los baños a nadar.

Todos se están desnudando;   Don Martín muy triste está:

—Cartas me fueron venidas,   cartas de grande pesar,

que se halla el Conde mi padre   enfermo para finar.

Licencia le pido al rey   para irle a visitar.

—Don Martín, esa licencia   no te la quiero estorbar.

Ensilla el caballo blanco,   de un salto en él va a montar;

por unas vegas arriba   corre como un gavilán:

—Adiós, adiós, el buen rey,   y tu palacio real;

que dos años te sirvió   una doncella leal!.

Óyela el hijo del rey,   trás ella va a cabalgar.

—Corre, corre, hijo del rey   que no me habrás de alcanzar

hasta en casa de mi padre   si quieres irme a buscar.

Campanitas de mi iglesia,   ya os oigo repicar;

puentecito, puentecito   del río de mi lugar,

una vez te pasé virgen,   virgen te vuelvo a pasar.

Abra las puertas, mi padre,   ábralas de par en par.

Madre, sáqueme la rueca   que traigo ganas de hilar,

que las armas y el caballo   bien los supe manejar.

Tras ella el hijo del rey   a la puerta fue a llamar.

 

 

ROMANCE NUEVAMENTE REHECHO DE LA FATAL DESENVOLTURA DE LA CAVA FLORINDA

 

De una torre de palacio  

se salió por un postigo
la Cava con sus doncellas  

con gran fiesta y regocijo.
Metiéronse en un jardín  

cerca de un espeso ombrío
de jazmines y arrayanes,  

de pámpanos y racimos.
Junto a una fuente que vierte   por seis caños de oro fino
cristal y perlas sonoras   entre espadañas y lirios,
reposaron las doncellas   buscando solaz y alivio
al fuego de mocedad   y a los ardores de estío.
Daban al agua sus brazos,   y tentada de su frío,
fue la Cava la primera   que desnudó sus vestidos.
En la sombreada alberca   su cuerpo brilla tan lindo
que al de todas las demás   como sol ha escurecido.
Pensó la Cava estar sola,   pero la ventura quiso
que entre unas espesas yedras   la miraba el rey Rodrigo.
Puso la ocasión el fuego   en el corazón altivo,
y amor, batiendo sus alas,   abrasóle de improviso.
De la pérdida de España   fue aquí funesto principio
una mujer sin ventura   y un hombre de amor rendido.
Florinda perdió su flor,   el rey padeció el castigo;
ella dice que hubo fuerza,   él que gusto consentido.
Si dicen quién de los dos   la mayor culpa ha tenido,
digan los hombres: la Cava   y las mujeres: Rodrigo.

ROMANCE DE UNA FATAL OCASIÓN

 

Por aquellos prados verdes,   

qué galana va la niña;
con su andar siega la yerba,    

con los zapatos la trilla,
con el vuelo de la falda

a ambos lados la tendía.
El rocío de los campos    

la daba por la rodilla;
arregazó su brial,    

descubrió blanca camisa;
maldiciendo del rocío   y su gran descortesía,

miraba a un lado y a otro  por ver si a1guien la veía.

Bien la vía el caballero   que tanto la pretendía;

mucho andaba el de a caballo,   mucho más que anda la niña:

allá se la fue a alcanzar   al pie de una verde oliva,

¡amargo que lleva el fruto,   amargo para la linda!

—¿Adónde por estos prados   camina sola mi vida?

—No me puedo detener,   que voy a la santa ermita.

—Tiempo es de hablarte, la blanca,   escúchesme aquí, la linda.

Abrazóla por sentarla   al pie de la verde oliva;

dieron vuelta sobre vuelta,   derribarla no podía.

Entre las vueltas que daban   la niña el puñal le quita,

metiéraselo en el pecho,   a la espalda le salía.

Entre el hervor de la sangre   el caballero decía:

—Perdime por tu hermosura;   perdóname, blanca niña.

No te alabes en tu tierra ni te alabes en la mía

que mataste un caballero   con las armas que traía.

—No alabarme, caballero,   decirlo, bien me sería;

donde no encontrase gente   a las aves lo diría.

Mas con mis ojos morenos,   ¡Dios, cuánto te lloraría!

Puso el muerto en el caballo,   camina la sierra arriba;

encontró al santo ermitaño   a la puerta de la ermita:

—Entiérrame este cadáver   por Dios y Santa María.

—Si lo trajeras con  honra   tú enterrarlo aquí podrías.

—Yo con honra sí lo traigo,   con honra y sin alegría.

Con el su puñal dorado   la sepultura le hacía;

con las sus manos tan blancas   de tierra el cuerpo cubría,

con lágrimas de sus ojos    le echaba el agua bendita.

ROMANCE DE LA AMIGA DE BERNAL FRANCÉS

 

-Sola me estoy en mi cama
namorando mi cojín;
¿quién será ese caballero
que a mi puerta dice: «Abrid,,?
-Soy Bemal Francés, señora,
el que te suele servir
de noche para la cama,
de día para el jardín.-
Alzó sábanas de holanda,  

cubrióse de un mantellín;
tomó candil de oro en mano  y a la puerta bajó a abrir.
Al entreabrir de la puerta   él dio un soplo en el candil.
-¡Válgame Nuestra Señora,   válgame el señor San Gil!
Quien apagó mi candela   puede apagar mi vivir.
-No te espantes, Catalina,   ni me quieras descubrir,
que a un hombre he muerto en la calle,   la justicia va tras mí.-
Le ha cogido de la mano   y le ha entrado al camarín;
sentóle en silla de plata   con respaldo de marfil;
bañóle todo su cuerpo   con agua de toronjil;
hízole cama de rosa,   cabecera de alhelí.
-¿Qué tienes, Bernal Francés,   que estás triste a par de mí?
¿Tienes miedo a la justicia?   No entrará aquí el alguacil.
¿Tienes miedo a mis criados?   Están al mejor dormir.
-No temo yo a la justicia,   que la busco para mí,
ni menos temo criados   que duermen su buen dormir.
-¿Qué tienes, Bernal Francés?   ¡No solías ser así!
Otro amor dejaste en Francia   o te han dicho mal de mí.
-No dejo amores en Francia,   que otro amor nunca serví.
-Si temes a mi marido,   muy lejos está de aquí.
-Lo muy lejos se hace cerca   para quien quiere venir,
y tu marido, señora,   lo tienes a par de ti.
Por regalo de mi vuelta   te he dar rico vestir,
vestido de fina grana   forrado de carmesí,
y gargantilla encarnada   como en damas nunca vi;-
gargantilla de mi espada,   que tu cuello va a ceñir.
Nuevas irán al Francés   que arrastre luto por ti.

ROMANCE DEL VENENO DE MORIANA
Madrugaba don Alonso
a poco del sol salido;
convidando va a su boda
a los parientes y amigos;
a la puerta de Moriana
sofrenaba su rocino:
-Buenos días, Moriana.
-Don Alonso, bien venido.
-Vengo a brindarte, Moriana,  
para mi boda el domingo.
-Esas bodas, don Alonso,   debieran de ser conmigo;
pero ya que no lo sean,   igual el convite estimo,
y en prueba de la amistad   beberás del fresco vino,
en que solías beber   dentro mi cuarto florido.
Moriana, muy ligera   en su cuarto se ha metido;
tres onzas de solimán   con el acero ha molido,
de la víbora los ojos,   sangre de un alacrán vivo:
-Bebe, bebe, don Alonso,   bebe de este fresco vino.
-Bebe primero, Moriana,   que así está puesto en estilo.
Levantó el vaso Moriana,   lo puso en sus labios finos;
los dientes tiene menudos,   gota adentro no ha vertido.
Don Alonso, como es mozo,   maldita gota ha perdido.
-¿Qué me diste, Moriana,   qué me diste en este vino?
¡Las riendas tengo en la mano   y no veo a mi rocino!
-Vuelve a casa, don Alonso,   que el día ya va corrido
y se celará tu esposa   si quedas acá conmigo.
-¿Qué me diste, Moriana,   que pierdo todo el sentido?
¡Sáname de este veneno,   yo me he de casar contigo!
-No puede ser, don Alonso,   que el corazón te ha partido.
-¡Desdichada de mi madre   que ya no me verá vivo!
-Más desdichada la mía   desque te hube conocido.

CURSO 2013

SONETOS DE QUEVEDO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A la edad de las mujeres

 

            De quince a veinte es niña; buena moza                  

            de veinte a veinticinco, y por la cuenta                    

            gentil mujer de veinticinco a treinta.                        

            ¡Dichoso aquel que en tal edad la goza!                  

 

            De treinta a treinta y cinco no alboroza;       

            mas puédese comer con sal pimienta;                       

            pero de treinta y cinco hasta cuarenta                      

            anda en vísperas ya de una coroza.              

 

            A los cuarenta y cinco es bachillera,             

            ganguea, pide y juega del vocablo;               

            y cumplido los cincuenta, da en santera,      

           

            y a los cincuenta y cinco echa el retablo.                 

            Niña, moza, mujer, vieja, hechicera,             

            bruja y santera, se la lleva el diablo.

Muestra lo que es una mujer despreciada

 

            Disparado esmeril, toro herido;                    

            fuego que libremente se ha soltado,             

            osa que los hijuelos le han robado,               

            rayo de pardas nubes escupido;                    

 

            serpiente o áspid con el pie oprimido,          

            león que las prisiones ha quebrado,              

            caballo volador desenfrenado,                     

            águila que le tocan a su nido;                       

 

            espada que la rige loca mano,                       

            pedernal sacudido del acero,            

            pólvora ha quien llegó encendida mecha;                

 

            villano rico con poder tirano,                        

            víbora, cocodrilo, caimán fiero                     

            es la mujer si el hombre la desecha.  

Cuernos hay para todos, sor Corbera;

no piense que ha de ser solo el cornudo.

Valdés lo pretendió, mas nunca pudo

restañarle los cuernos a Cabrera.

 

No es sola su mujer la cotorrera:

putas le sobran a cualquier desnudo,

y la pieza del ciego y la del mudo

no iguala a la de ser catarribera.

 

¿Quiere alzarse a mayores con el cuerno?

Pues, mientras yo viviere, está engañado;

que por un privilegio del infierno     

 

soy proveedor de testas de ganado,

cornudo óptimo, máximo y eterno,   

y soy la quintacuerna destilado.

A uno que mudaba cada día por guardar su mujer

 

Cuando tu madre te parió cornudo,  

fue tu planeta un cuerno de la luna;  

de maderas de cuernos fue tu cuna,

y el castillejo un cuerpo muy agudo.

 

Gastaste en dijes cuernos a menudo;

la leche que mamaste era cabruna;

diote un cuerpo por armas la Fortuna

y un toro en el remate de tu escudo.

 

Hecho un corral de cuernos te contemplo;

cuernos pisas con pies de cornería;

a la mañana un cuerno te saluda.

 

Los cornudos en ti tienen un templo.

Pues, cornudo de ti, ¿adónde iría

siguiéndote una estrella tan cornuda?

El inquisidor y la supuesta hechicera

 

A un viejo inquisidor es presentada  

una hermosa mujer que de hechicera,

sin más motivo que la envidia fiera,

ante su tribunal fue declarada.

 

Al tenor de los cargos preguntada,

los niega todos: mas, con voz severa,

la comprimía el juez de tal manera

que la infeliz mujer, ya sofocada,

 

«Ilustrísimo (clama), esto es lo fijo:

yo de hechizos, señor, no entiendo nada;

éste es sólo el hechizo que colijo»:

 

dice, y alza las faldas irritada;

monta él las gafas, y al mirarlo dijo:

«¡Hola, hola! ¡Pues no me desagrada!»

Diligencia amatoria

 

Esta mañana, en Dios y enhorabuena,

salí de casa y víneme el mercado;

vi un ojo negro al parecer rasgado,

blanca la frente y rubia la melena.

 

 Llegué y le dije: «Gloria de mi pena,

muerto me tiene vivo tu cuidado;

vuélveme el alma, pues me la has robado

con ese encanto de áspid o sirena.»

 

 Pasó, pasé, miró, miré, vio, vila;

dio muestras de querer, hice otro tanto;

guiñó, guiñé, tosió, tosí, seguila;

 

fuese a su casa y, sin quitarse el manto,

alzó, llegué, toqué, besé, cubrila,

dejé el dinero y fuime como un santo.

Definición de amor

 

Rogarla, desdeñarme; amarla, hundirme;

seguirla, defenderse; asirla, airarse;

querer y no querer dejar tocarse

y a persuasiones mil mostrarse firme;

 

tenerla bien, probar a desasirme;

luchar entre mis brazos y enojarse;

besarla a su pesar y ella agraviarse;

probar, y no poder, a despedirse;

 

decirse agravios, reprenderse el gusto

y, en fin, a baterías de mi prisa,

dejar el ceño, no mostrar disgusto,

 

consentir que le aparte la camisa,

hallarlo limpio y encajarlo justo:

esto es amor y lo demás es risa.

Solo sin vos, y mi dolor presente

mi pecho rompo con mortal suspiro;

sólo vivo aquel tiempo cuando os miro,

mas poco mi destino lo consiente.

 

Mi mal es propio, el bien es accidente;

pues, cuando verme en voz presente aspiro,

no falta causa al mal porque suspiro,

aunque con vos estoy, estando ausente.

 

Aquí os hablo, aquí os tengo, y aquí os veo,

gozando de este bien en mi memoria,

mientras que el bien que espero, Amor dilata.

 

¡Mirad cómo me mata mi deseo:

que he venido a tener sólo por gloria

vivir contento en lo que más me mata!

Es hielo abrasador, es fuego helado, 

es herida que duele y no se siente,  

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado;

 

es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde, con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado;

 

es una libertad encarcelada,  

que dura hasta el postrero parasismo;

enfermedad que crece si es curada.  

 

Éste es el niño Amor, éste es su abismo.

¡Mirad cual amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo!

Piedra soy en sufrir pena y cuidado,            

y cera en el querer enternecido,

sabio en amar dolor tan bien nacido,

necio en ser en mi daño porfiado.

 

Medroso en no vencerme acobardado

y valiente en no ser de mí vencido,

hombre en sentir mi mal, aun sin sentido,

bestia en no despertar desengañado.            

 

En sustentarme entre los fuegos rojos,

en tus desdenes ásperos y fríos,

soy salamandra, y cumplo tus antojos;

 

y las niñas de aquestos ojos míos

se han vuelto, con la ausencia de tus ojos

ninfas que habitan dentro de dos ríos.

Amor constante más allá de la muerte

 

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado,
serán ceniza, más tendrá sentido,
polvo serán, mas polvo enamorado.  

Arrepentimiento y lágrimas

 

   Huye sin percibirse lento el día

y la hora secreta y recatada

con silencio se acerca y despreciada

lleva tras sí la edad lozana mía.

 

   La vida nueva, que en niñez ardía,

la juventud robusta y engañada,

en el postrer invierno sepultada

yace entre negra sombra y nieve fría.

 

   No sentí resbalar mudos los años;

hoy los lloro pasados y los veo

riendo de mis lágrimas y daños.

 

   Mi penitencia deba a mi deseo

pues me deben la vida mis engaños

y espero el mal que paso y no le creo.

DIVERSIDAD DE LAS MANIFESTACIONES ESCÉNICAS

El Amargo Bierce
El Amargo Bierce

 

El Diccionario del Diablo

(versión parcial)

 

por Ambrose Bierce (1906)

 

 

ABANDONADO, adj. Sin favores que ofrecer. Vaciado de fortuna. Adicto a decir la verdad y al sentido común.

 

ABORÍGENES, s. Seres de poco valor que obstaculizan el suelo de un territorio recién descubierto. Pronto dejan de obstaculizar: entonces fertilizan.

 

ABURRIDO, s. Persona que habla cuando uno quiere que escuche.

 

ACADEMIA, s. Antigua escuela donde se enseñaba moral y filosofía. Escuela moderna donde se enseña a jugar al fútbol.

 

ADMIRACIÓN, s. Nuestro cortés reconocimiento al parecido que guarda otra persona con nosotros mismos.

 

ADORAR, v.tr. Venerar con expectación.

 

AFROAMERICANO, s. Negro que vota por nuestro partido.

 

AIRE, s. Sustancia nutritiva provista por la generosa Providencia para engordar a los pobres.

 

ALÁ, s. El Supremo Ser Mahometano, en contraposición al Supremo Ser Cristiano, al Judío, etcétera, etcétera.

 

ALIANZA, s. En política internacional, la unión de dos ladrones que tienen sus manos tan metidas dentro de los bolsillos del otro que se ven incapaces de robar a un tercero por separado.

 

ALMA, s. Entidad espiritual sobre la que siempre ha habido una fiera disputa. Platón sostenía que aquellas almas que en una existencia anterior (anterior a Atenas) habían adquirido los destellos más claros de la verdad eterna, animaban los cuerpos de los filósofos. Platón era un filósofo. Las almas que apenas habían vislumbrado la verdad divina se incorporaban en las carnes de usurpadores y déspotas. Dionisio I, que había amenazado con decapitar al sesudo filósofo, era un usurpador y un déspota. Sin duda Platón no fue el primero en construir un sistema filosófico que pudiera usarse contra sus enemigos; por descontado no fue el último.

 

AMBICIÓN, s. Deseo absorbente de ser vilipendiado por nuestros enemigos en vida, y ridiculizado por los amigos tras nuestra muerte.

 

AMISTAD, s. Embarcación lo suficientemente grande como para llevar dos personas con buen tiempo, pero sólo una en caso de tormenta.

 

AMNISTÍA, s. Magnanimidad del estado con aquellos quebrantadores de la ley que sería demasiado caro castigar.

 

ANTIPATÍA, s. Sentimiento que nos inspira el amigo de un amigo.

 

AÑO, s. Período de trescientos sesenta y cinco decepciones.

 

APLAUSO, s. El eco de una vulgaridad.

 

APRENDIZAJE, s. Tipo de ignorancia que distingue al estudioso.

 

AUTOESTIMA, s. Apreciación errónea.

 

BARRICADA, s. Basura que se monta frente a una fortaleza, para evitar que la basura de fuera moleste a la basura de dentro.

 

BASURA, s. Materia inservible, como las religiones, filosofías, literatura, arte y ciencias de las tribus que infestan las regiones situadas al sur del Polo Norte.

 

BEBÉ, s. Deforme criatura sin edad, sexo o condición determinadas, destacable por la violencia de las simpatías y antipatías que provoca en los demás, aún estando él mismo desprovisto de cualquier sentimiento o emoción. Ha habido bebés famosos, como por ejemplo el pequeño Moisés. Bebé cuya aventura entre los juncos sin duda fue plagiada por los hierofantes egipcios de siete siglos antes en su tonta fábula del niño Osiris, salvado al flotar sobre una hoja de loto.

 

BELLADONNA, s. En italiano, mujer hermosa. En inglés, veneno mortal. Un clarísimo ejemplo de la esencial identificación entre ambos idiomas.

 

BIGAMIA, s. Error del buen gusto que la sabiduría del futuro castigará con algo llamado trigamia.

 

BODA, s. Ceremonia mediante la cual dos personas se comprometen a convertirse en una, una se compromete a convertirse en nada, y nada se compromete a volverse soportable.

 

BRUTO, s. Ver MARIDO.

 

CALAMIDAD, s. Recordatorio habitual e inequívoco de que los acontecimientos de la vida escapan a nuestra voluntad. Hay dos clases de calamidades: la mala suerte propia y la buena suerte ajena.

 

CAMELLO, s. Un cuadrúpedo muy apreciado dentro del mundo del espectáculo. Hay dos tipos de camellos: el camello propiamente dicho y el camello impropiamente dicho. Este último es el que siempre se exhibe.

 

CAÑÓN, s. Instrumento utilizado en la rectificación de fronteras.

 

CARNE DE GUSANO, s. Producto terminado del cual somos la materia prima.

 

CARRETERA, s. Pedazo de tierra a lo largo de la cual uno va de donde se ha hartado de estar hacia donde es fútil ir.

 

CARTESIANO, adj. Relativo a Descartes, famoso filósofo autor de la máxima Cogito ergo sum (pienso luego existo) con la que se congratulaba de haber demostrado la existencia humana. Tal frase podría ser mejorada, sin embargo, del modo siguiente: Cogito cogito ergo cogito sum (pienso que pienso, luego pienso que existo), un acercamiento tan próximo a la certeza como ningún filósofo ha conseguido hasta ahora.

 

CEMENTERIO, s. Aislado paraje urbano donde los deudos mienten sin pudor, los poetas disparan versos a una diana y los grabadores de lápidas hacen apuestas de ortografía.

 

CERBERO, s. El perro guardián del Hades, cuya misión era vigilar la entrada. Se sabe que Cerbero tenía tres cabezas, y algunos poetas le han atribuido hasta un centenar. El Profesor Graybill, cuya meticulosa erudición y profundo conocimiento del griego otorgan gran peso a su opinión, ha hecho una media de todas las estimaciones, obteniendo como resultado que Cerbero portaba veintisiete cabezas sobre sus hombros. Una aseveración que habría sido totalmente concluyente si el Profesor Graybill hubiese sabido

 

a) Algo de perros.

b) Algo de aritmética.

 

CEREBRO, s. Aparato con el que pensamos que pensamos. En nuestra civilización, y bajo nuestra forma republicana de gobierno, el cerebro es tan altamente apreciado que quienes lo poseen son premiados con la exención de ocupar cargos públicos.

 

CIELO, s. Lugar donde los malvados cesan de atormentarnos con sus problemas personales, y los buenos escuchan atentos mientras exponemos los nuestros.

 

CÍNICO, s. Pillo cuya visión defectuosa le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. De ahí esa costumbre que tenían los escitas de arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la vista.

 

CITA, s. Repetición errónea de palabras ajenas.

 

CLARINETE, s. Instrumento de tortura manejado por un individuo con algodón en sus oídos. Hay dos instrumentos peores que un clarinete: dos clarinetes.

 

CLEPTÓMANO, s. Rico que roba.

 

COMERCIO, s. Especie de transacción en la que A roba a B los bienes de C, y en compensación B extrae del bolsillo de D el dinero perteneciente a E.

 

CONFERENCIANTE, s. Aquel que tiene su mano en nuestro bolsillo, su lengua en nuestro oído y su fe en nuestra paciencia.

 

CONSECUCIÓN, s. Muerte de un esfuerzo y nacimiento de una repugnancia.

 

CONSERVADOR, s. Político enamorado de los males existentes, en contraposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.

 

CONSUELO, s. Saber que otra persona es más desdichada que uno mismo.

 

CONVERSACIÓN, s. Mercadillo en el que se exhibe la materia mental, y en la que cada vendedor está demasiado ocupado acomodando sus propios artículos como para observar los del vecino.

 

CORÁN, s. Libro que los Mahometanos estúpidamente creen fue escrito por inspiración divina, pero que los Cristianos bien saben que no es más que una malvada impostura, contraria a las Sagradas Escrituras.

 

CORPORACIÓN, s. Ingenioso instrumento mediante el cual se obtiene beneficio individual sin concurrir en responsabilidad individual.

 

CORSARIO, s. Político de los mares.

 

CRISTIANO, s. Aquel que cree que el Nuevo Testamento es un libro de inspiración divina que se ajusta de manera admirable a las necesidades espirituales de su vecino. Aquel que sigue las enseñanzas de Cristo mientras no sean incompatibles con una vida pecaminosa.

 

CUADRO, s. Representación en dos dimensiones de un fastidio que tiene tres.

 

DEBER, s. Aquello que severamente nos impele en dirección al beneficio, siguiendo la línea del deseo.

 

DECIDIR, v.i. Sucumbir a la preponderancia de una serie de influencias sobre otra serie de influencias.

 

DEDO ÍNDICE, s. El dedo que normalmente usamos para señalar a dos malhechores.

 

DELIBERACIÓN, s. Acción de examinar una tostada para saber de qué lado está la mantequilla.

 

DENTISTA, s. Prestidigitador que introduce metal en la boca y extrae monedas del bolsillo.

 

DESTINO, s. Justificación del crimen de un tirano. Excusa del fracaso de un imbécil.

 

DEUDA, s. Ingenioso sustituto de la cadena y el látigo del traficante de esclavos.

 

DIFAMAR, v.t. Mentir sobre otra persona. Decir la verdad sobre otra persona.

 

DILUVIO, s. Primer y destacable experimento de bautismo que barrió pecados (y pecadores) del mundo.

 

DIMITIR, v.t. Renunciar a un honor a cambio de un beneficio. Renunciar a un beneficio por otro beneficio mayor.

 

DIPLOMACIA, s. El patriótico arte de mentir en nombre de la nación.

 

DISCUSIÓN, s. Método de reafirmar a los demás en sus errores.

 

DISTANCIA, s. Lo único que los ricos están dispuestos a permitir que los pobres conserven y puedan considerar como propio.

 

DOGMÁTICO, s. Alguien que obstinada y celosamente sostiene una opinión que no compartimos.

 

DOLOR, s. Incómodo estado de ánimo que puede tener una base física por algo que se hace a nuestro cuerpo, o ser puramente mental, y causado por la buena suerte ajena.

 

DUELO, s. Ceremonia formal preliminar a la reconciliación de dos enemigos. Es necesaria una gran habilidad para llevarlo a un fin satisfactorio; si se realiza de forma incompetente puede desembocarse en inesperadas y deplorables consecuencias. Hace mucho tiempo un hombre murió en un duelo.

 

ECONOMÍA, s. La compra del barril de whisky que no necesitamos por el precio de la vaca que no podemos permitirnos.

 

EGOÍSTA, adj. Sin consideración por el egoísmo de los demás.

 

EGOÍSTA, s. Persona de poco gusto, más interesada en sí misma que en mí.

 

ELÍSEO, s. Delicioso país imaginario que los antiguos, estúpidamente, creían habitado por las almas de los buenos. Esta ridícula y maliciosa fábula fue barrida de la faz de la tierra por los primeros Cristianos. ¡Que sus almas sean felices en el Cielo!

 

EMANCIPACIÓN, s. Cambio que nos lleva de estar bajo la tiranía de otra persona a caer en el despotismo propio.

 

EMOCIÓN, s. Postrante enfermedad causada por la ascensión del corazón a la cabeza. Es a veces acompañada por un abundante flujo de hidrocloruro de sodio procedente de los ojos.

 

EPITAFIO, s. Inscripción en una tumba que nos muestra que las virtudes adquiridas con la muerte tienen un efecto retroactivo.

 

ERMITAÑO, s. Persona cuyos vicios y locuras no se cometen en sociedad.

 

ESCRITURAS, s. Los libros sagrados de nuestra santa religión, en contraposición a los escritos falsos y profanos en los que se basan todas las otras religiones.

 

ESOTÉRICO, adj. Particularmente abstrusísimo y consumadamente oculto. Los antiguos filósofos eran de dos tipos: los exotéricos, que sólo eran entendidos en parte por los propios filósofos, y los esotéricos, a los que nadie entendía. Son los segundos los que han afectado más hondamente el pensamiento moderno y han encontrado gran aceptación en nuestros días.

 

ESPALDA, s. Parte de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad.

 

ETNOLOGÍA, s. Ciencia que estudia las diferentes tribus del Hombre, como por ejemplo ladrones, rateros, timadores, tontos, lunáticos, idiotas y etnólogos.

 

EVANGELISTA, s. Portador de buenas nuevas, particularmente aquellas que aseguran nuestra salvación y la condena de nuestros vecinos.

 

EXCENTRICIDAD, s. Método de distinción tan vulgar que los imbéciles lo utilizan para acentuar su incapacidad.

 

EXCEPCIÓN, s. Lo que se toma la libertad de ser distinto a otros miembros de su clase, como por ejemplo un hombre honrado, una mujer sincera, etc. "La excepción prueba la regla" es una frase que se encuentra continuamente en boca de los ignorantes, que la parlotean sin pararse a pensar en su absurdo. En latín, "Exceptio probam regulam" significa que la excepción pone a prueba la regla, no que la confirma. El malefactor que vació de significado a este excelente dicho sustituyéndolo por su contrario ha ejercido un malvado poder que pareciera ser inmortal.

 

EXPERIENCIA, s. Sabiduría que nos permite reconocer como un viejo e indeseable conocido a aquella locura que ya cometimos.

 

EXPERTO, s. Especialista que lo sabe todo sobre un tema e ignora todo sobre los demás.

 

Un viejo y experto catador de vinos resultó gravemente herido en un accidente de tren. Uno de los pasajeros vertió algo de vino en sus labios para reanimarlo. El viejo murmuró "Pauillac, 1873", y murió.

 

EXTINCIÓN, s. Materia prima con la que la teología creó el estado futuro.

 

EXTRANJERO, adj. Malvado, intolerable, pagano.

 

FANTASMA, s. Señal externa y visible de un miedo interno.

 

FARMACÉUTICO, s. Cómplice del médico, benefactor del enterrador y proveedor de gusanos.

 

FÉ, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien sin conocimiento nos dice sobre cosas sin paralelo.

 

FELICIDAD, s. Agradable sensación que surge de contemplar la miseria ajena.

 

FELICITACIÓN, s. Los buenos modales de la envidia.

 

FIESTA, s. Celebración religiosa, generalmente caracterizada por la glotonería y la ebriedad, en la que se honra a algún santo que se distinguió por ser un abstemio.

 

FILOSOFÍA, s. Ruta de varios ramales que lleva de ninguna parte a la nada.

 

FRONTERA, s. En geografía política, línea imaginaria que separa los derechos imaginarios de una parte de los derechos imaginarios de la otra.

 

FUNERAL, s. Espectáculo en el que demostramos nuestro respeto por el muerto enriqueciendo al enterrador, mientras reforzamos nuestra pena mediante gastos que ahondan nuestros gemidos y duplican nuestras lágrimas.

 

FUTURO, s. Período de la vida en el que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son fieles y nuestra felicidad está asegurada.

 

GÁRGOLA, s. Desagüe del medioevo, generalmente caracterizado como una caricatura grotesca de algún enemigo personal del arquitecto o del dueño del edificio. Éste era especialmente el caso de las iglesias y otras construcciones eclesiásticas, en las que la serie de gárgolas era una perfecta galería del crimen que incluía a todos los herejes y agitadores de la localidad. A veces, cuando un nuevo cargo eclesiástico relevaba a otro, las gárgolas eran retiradas y sustituidas por otras más afines a los rencores del nuevo morador.

 

GENEALOGÍA, s. Listado de nuestros antepasados hasta llegar a uno que no tenía demasiado interés en compilar los suyos.

 

GHOUL, s. Demonio aficionado a la reprensible costumbre de devorar a los muertos. La existencia de los ghouls ha sido puesta en duda por esa clase de polemistas más interesados en privar al mundo de creencias reconfortantes que sustituirlas con algo mejor. En 1640 el Padre Sacci vio uno en un cementerio cercano a Florencia, y lo ahuyentó con el signo de la cruz. Lo describe como dotado de varias cabezas y de una anómala cantidad de miembros. El buen hombre, que acababa de cenar, explica que de no haber estado un tanto "pesado" por el banquete, habría atrapado el demonio a todo riesgo. A principios del siglo XIV, un ghoul fue arrinconado en la cripta de la catedral de Amiens, y los lugareños rodearon el lugar. Veinte hombres armados junto con un sacerdote a la cabeza, blandiendo un crucifijo, entraron y capturaron al ghoul, que pretendía escapar mediante una astuta estratagema, adoptando la forma de un conocido ciudadano. A pesar de esto, fue colgado y descuartizado en medio de horripilantes orgías populares. El ciudadano cuya forma había adoptado el demonio quedó tan afectado por el siniestro episodio que no se le volvió a ver, y su destino sigue siendo un misterio.

 

GOTA, s. Nombre que utiliza un médico para diagnosticar el reumatismo de un paciente rico.

 

GRAVITACIÓN, s. Tendencia de todos los cuerpos a aproximarse entre sí con fuerza proporcional a la cantidad de materia que contienen - la cantidad de materia que contienen viene dada por la fuerza de su tendencia a acercarse entre sí. Este encantador y edificante ejemplo ilustra cómo la ciencia, habiendo hecho de A la prueba de B, hace de B la prueba de A.

 

HABILIDAD, s. Equipamiento natural que permite a su dueño realizar parte de las nimias ambiciones que distinguen a los hombres capaces de los hombres muertos.

 

HIPÓCRITA, s. Aquel que profesando virtudes que no respeta, se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.

 

HISTORIA, s. Testimonio casi siempre falso sobre eventos casi siempre nimios, llevados a cabo por líderes casi siempre corruptos y soldados casi siempre estúpidos.

 

HOMBRE, s. Animal tan perdido en la extasiada contemplación de lo que cree ser que pasa por alto lo que indudablemente debiera ser. Sus principales ocupaciones son el exterminio de otros animales y de su propia especie, que, sin embargo, se multiplica con insistente velocidad infestando todo el mundo habitable y Canadá.

 

HONORABLE, adj. Afectado de un impedimento en la propia capacidad. En los cuerpos legislativos es costumbre nombrar a todos los miembros con este tratamiento. Ejemplo: "El honorable caballero es un perro sarnoso".

 

HOSTILIDAD, s. Una peculiarmente aguda y práctica consciencia del problema de la superpoblación. La hostilidad se clasifica en activa y pasiva: respectivamente, el sentimiento de una mujer hacia sus amigas y el que alberga hacia todas las demás mujeres.

 

HUMANIDAD, s. La raza humana, colectivamente, con exclusión de los poetas antropoides.

 

HUMORISTA, s. Plaga que hubiera ablandado la gélida austeridad del corazón del Faraón, llevándole a liberar raudamente a los hijos de Israel, con sus mejores deseos.

 

IGNORANTE, s. Persona que carece de conocimientos que a usted le resultan familiares, y que se maneja con soltura entre otros que usted desconoce.

 

ILUMINADO, s. Aquel que arroja luz sobre una materia, como un redactor que no escribe sobre ella.

 

ILUSTRE, adj. Adecuadamente situado para recibir los dardos de la malicia, la envidia y la minusvaloración.

 

IMAGINACIÓN, s. Almacén de hechos, regentado por poetas y mentirosos.

 

IMBECILIDAD, s. Especie de fuego sagrado o inspiración divina que posee a los que critican este diccionario.

 

IMPARCIAL, adj. Incapaz de percibir beneficio propio en inclinarse a uno u otro lado de una controversia, o adoptar una u otra de las opiniones encontradas.

 

IMPIEDAD, s. La irreverencia de usted hacia la deidad del que suscribe.

 

IMPUNIDAD, s. Riqueza.

 

INCOMPOSIBLE, adj. Incapaz de existir si otro algo también existe. Dos cosas son incomposibles cuando en el mundo sólo hay sitio para una de ellas, pero nunca las dos, como por ejemplo la poesía de Walt Whitman y la misericordia de Dios con el hombre. La incomposibilidad, va más allá que la incompatibilidad. En lugar de emplear un lenguaje barriobajero del tipo "Lárguese de aquí. Lo mataré si vuelvo a verlo", podemos decir simplemente "Caballero, me temo que somos incomposibles", con lo que obtenemos el mismo poder intimidatorio mostrando una superior cortesía.

 

INDISCRECIÓN, s. La culpa de las mujeres.

 

INFANCIA, s. Período de nuestras vidas en el que, según Wordsworth, "El Cielo transcurre sobre nosotros". Poco después lo hace la tierra.

 

INGENIO, s. Sal con la que el Humorista Americano echa a perder su cocinado intelectual, al omitirla en su preparación.

 

INMIGRANTE, s. Persona de pocas luces que cree que un país es mejor que otro.

 

 

JUICIO, s. Investigación formal para probar y dejar por escrito las irreprochables personalidades de jueces, abogados y jurados. Para hacer efectivo este propósito es necesario contrastar estos individuos con alguien denominado el defendido, el prisionero, o el acusado. Si el contraste se lleva a cabo de modo suficientemente claro, el acusado sufrirá una aflicción sólo comparable a la reconfortante sensación de inmunidad que siente el virtuoso caballero, sensación añadida a la que ya de por sí ostenta por su posición. Actualmente el acusado suele ser un ser humano, o un socialista, pero en el medioevo se llevó ante los tribunales a animales, peces, reptiles e insectos. Una bestia que hubiese acabado con una vida humana, o practicado la brujería, era puntualmente arrestada, juzgada, y en caso de hallarse culpable, ejecutada por el verdugo público. Los insectos que asolaban campos de grano, huertos y viñedos, eran citados para comparecer ante un tribunal civil, y si después de oír testimonios, argumentos y condena los insectos continuaban in contumaciam, el problema se trasladaba a una corte eclesiástica, donde eran solemnemente excomulgados y anatematizados. En una calle de Toledo, unos cerdos corrieron malvadamente por entre las piernas de un vicario, sobresaltándolo de tal modo que fueron arrestados con pleno derecho, juzgados y castigados. En Nápoles un burro fue condenado a arder en la hoguera, pero aparentemente la sentencia no se ejecutó. D'Addosio relata numerosos juicios a cerdos, toros, caballos, gallos, perros, cabras, etc., recogidos de archivos de la época, juicios que se cree fueron mayormente llevados a cabo con el objeto de mejorar la conducta y moral de esos animales. En 1451 se denunció a las sanguijuelas que infestaban los estanques cercanos a Berna, y el Obispo de Lausanne, siguiendo instrucciones de la Universidad de Heidelberg, ordenó que algunos de esos "gusanos acuáticos" fuesen llevados ante el magistrado local. Así se hizo y las sanguijuelas, tanto las presentes como las ausentes, recibieron orden de abandonar los lugares infestados en el plazo de tres días, so pena de recibir una "maldición de Dios". En los voluminosos archivos de esta cause celebre no se indica si los acusados desafiaron la orden, o si por el contrario abandonaron esa inhóspita jurisdicción.

 

JUSTICIA, s. Comodidad que el estado otorga al ciudadano a cambio de su fidelidad, impuestos y servicios personales.

 

LADRÓN DE CADÁVERES, s. Aquel que entrega a los estudiantes de medicina lo que los médicos han entregado al enterrador. Hiena.

 

LEGAL, adj. Compatible con la voluntad del juez de la jurisdicción.

 

LIBERTAD, s. Una de las posesiones más preciadas de la Imaginación.

 

LITIGIO, s. Máquina en la que se entra como un cerdo y se sale como una salchicha.

 

LÓGICA, s. El arte del pensamiento y el razonamiento, en estricta concordancia con las limitaciones e incapacidades del desconocimiento humano. La base de la lógica es el silogismo, que consiste en dos premisas y una conclusión. Por ejemplo:

 

Premisa principal: Sesenta hombres pueden realizar un trabajo cualquiera sesenta veces más rápido que uno sólo.

 

Premisa secundaria: Un hombre puede cavar un pozo para situar un poste en sesenta segundos.

 

Conclusión: Sesenta hombres pueden cavar un pozo para un poste en un segundo.

 

Esto puede llamarse silogismo aritmético, en el cual, mediante la combinación de lógica y matemática, obtenemos doble certeza y somos doblemente benditos.

 

LONGEVIDAD, s. Inusual prolongación del miedo a la muerte.

 

LUNES, s. En los países Cristianos, el día que sigue a la jornada de fútbol.

 

MAGIA, s. Arte de convertir la superstición en dinero. Hay otros métodos para conseguir idéntico objetivo, pero el discreto lexicógrafo prefiere omitirlos.

 

MAGNÉTICO, s. Material sobre lo que actúa el magnetismo.

 

MAGNETISMO, s. Aquello que actúa sobre los materiales magnéticos.

 

Las dos definiciones anteriores fueron condensadas a partir de las investigaciones de miles de eminentes científicos, que han iluminado la cuestión con una claridad cegadora, para inexpresable avance del conocimiento humano.

 

MAGNÍFICO, adj. Que posee una grandeza o esplendor superior a lo que el espectador común está acostumbrado, como por ejemplo las orejas de un asno para un conejo, o la gloria de una mariposa para una larva.

 

MALA SUERTE, s. El tipo de suerte que nunca se pierde.

 

MANIQUEÍSMO, s. Antigua doctrina Persa que sostiene que hay una incesante guerra entre el Bien y el Mal. Cuando el Bien abandonó la lucha, los Persas se unieron a la Oposición victoriosa.

 

MANO, s. Singular instrumento situado en el extremo del brazo humano, y generalmente metido en un bolsillo ajeno.

 

MAQUINACIÓN, s. Método que emplean nuestros oponentes para enturbiar nuestros abiertos y honrados esfuerzos por hacer lo correcto.

 

MATAR, v.t. Crear una vacante sin designar un sucesor.

 

MATRIMONIO, s. Estado o condición de una comunidad compuesta de un amo, una ama y dos esclavos, sumando un total de dos.

 

MAUSOLEO, s. La última y más divertida locura de los ricos.

 

MÉDICO, s. Aquel a quien lanzamos nuestras súplicas cuando estamos enfermos y nuestros perros cuando nos hemos curado.

 

MENDIGO, s. Alguien que ha confiado en la ayuda de sus amigos.

 

MESTIZO, s. Hijo de dos razas, avergonzado de ambas.

 

MILAGRO, s. Acto o evento inexplicable y fuera del orden natural, como ganar a la mano que sostiene cuatro reyes y un as con cuatro ases y un rey.

 

MITOLOGÍA, s. Conjunto de creencias de los pueblos primitivos, relativos a su origen, temprana historia, héroes, deidades, etc., y distinto de los hechos verídicos que narra más tarde.

 

MODA, s. Déspota que los sabios ridiculizan y obedecen.

 

MODALES, s. La más aceptable de las hipocresías.

 

MORAL, adj. Conforme al estándar local y mutable de lo que está bien. Que tiene la cualidad del oportunismo.

 

Dícese que hay una cadena montañosa en las regiones del Este, siendo ciertas conductas inmorales a un lado de esos riscos, mientras que en el otro idéntico comportamiento goza de gran aprecio; de tal modo que conviene grandemente a los habitantes de las cumbres, que descienden a un lado o a otro dependiendo de su humor, sin caer en el oprobio en ningún caso.

 

Meditaciones de Gooke

 

NIHILISTA, s. Ruso que niega la existencia de todo menos de Tolstoi. El líder de esta escuela es Tolstoi.

 

NIÑEZ, s. Período de la vida humana intermedio entre la idiotez de la primera infancia y la locura de la juventud, a dos pasos del pecado de la madurez y a tres del remordimiento de la vejez.

 

NIRVANA, s. En la religión Budista, estado de placentera aniquilación reservada a los sabios, particularmente a aquellos suficientemente sabios como para entenderlo.

 

NOVIA, s. Mujer con una bonita perspectiva de felicidad a su espalda.

 

OBTENER, v.t. Adquirir, frecuentemente mediante el uso de la fuerza, pero preferentemente por medio del robo.

 

OCCIDENTE, s. Parte del mundo situada al oeste (o al este) de Oriente. Está profusamente habitada por los Cristianos, poderosa subtribu de los Hipócritas, cuyas principales ocupaciones son el asesinato y la estafa, a los que gustan llamar "guerra" y "comercio". Éstas son, también, las principales ocupaciones de oriente.

 

OCÉANO, s. Cuerpo acuático que ocupa unos dos tercios de la tierra hecha para el hombre - que no tiene branquias.

 

ODIO, s. Sentimiento apropiado ante la superioridad ajena.

 

ÓPERA, s. Obra que representa la vida en otro mundo, cuyos habitantes no hablan si no que cantan, no expresan si no que gesticulan y no se mueven si no que posan. Toda actuación es simulación, y la palabra "simulación" proviene de simia, es decir simio; pero en la ópera el actor toma como modelo al Simia Audibilis (o Pithecantros Stentor): el mono que aúlla.

 

OPOSICIÓN, s. En política, el partido que impide que el gobierno corra cual gallina sin cabeza, cortándole sus tendones.

 

El Rey de Gargarú, que había estudiado la ciencia del gobierno en el extranjero, eligió a cien de sus súbditos más gordos para integrar un parlamento que hiciese leyes sobre la recaudación de impuestos. A cuarenta de ellos los designó como el Partido de Oposición, e hizo que el primer ministro los instruyese en el deber de oponerse a toda iniciativa real. A pesar de esto, la primera medida propuesta fue apoyada unánimemente. Muy disgustado, el Rey la vetó, informando a la Oposición que si persistían en su actitud pagarían su obstinación con sus cabezas. Los cuarenta al completo se destriparon al instante. "¿Qué hacemos ahora?" preguntó el Rey. "Las instituciones liberales no pueden mantenerse sin un partido de Oposición." "Esplendor del universo," contestó el primer ministro, "es cierto que esos perros de las tinieblas ya no tienen sus credenciales, pero no todo está perdido. Deja el asunto en manos de este gusano del polvo." Así que el Ministro hizo embalsamar y rellenar con paja los cuerpos de los miembros de la Oposición, y entonces los devolvió al parlamento, clavándolos en sus sillas. Desde entonces, cada iniciativa era aprobada por el parlamento con sesenta votos a favor y cuarenta en contra, y la nación prosperó. Pero un día una propuesta de impuesto a las verrugas no superó la votación - ¡los miembros del partido de gobierno no habían sido a su vez clavados en sus sitios! Esto enfureció tanto al Rey que el Primer Ministro fue ejecutado, el parlamento disuelto con un batallón de artillería, y el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo desapareció para siempre de Gargarú.

 

OPTIMISMO, s. Doctrina o creencia que sostiene que todo es hermoso, incluyendo lo que es feo, que todo es bueno, especialmente lo malo, y que es correcto lo que no lo es. Es defendida con gran tenacidad por aquellos más que acostumbrados a vivir en la adversidad, y que encuentran muy aceptable exponerla con una mueca que simula una sonrisa. Al ser una fe ciega, es inmune a la luz de la refutación. Dada su naturaleza intelectual, no existe otra cura que la muerte. Es hereditaria, pero afortunadamente no contagiosa.

 

OPTIMISTA, s. Aquel que sostiene que lo negro es blanco.

 

Un pesimista acudió a Dios en busca de consuelo.

 

"Ah, tú deseas que te devuelva la esperanza y la alegría," dijo Dios.

 

"No," replicó el solicitante, "me gustaría que creases algo que las justificara."

 

"El mundo ya ha sido terminado," dijo Dios, "pero has pasado algo por alto: la mortalidad del optimista."

 

PAGANO, s. Criatura vacía que comete la estupidez de adorar aquello que puede ver y sentir.

 

PALACIO, s. Magnífica y costosa residencia. La residencia de un alto mandatario de la Iglesia Cristiana se llama palacio; la del Fundador de esa religión se llamaba pesebre. El progreso existe.

 

PAÑUELO, s. Pequeño cuadrado de seda o lino utilizado en variados e innobles oficios relacionados con el rostro. Especialmente útil en los funerales para ocultar la ausencia de lágrimas.

 

PASAPORTE, s. Documento que traidoramente se inflige a un ciudadano que marcha al extranjero, presentándolo como extraño y señalándolo para recibir una especial reprobación y ultraje.

 

PATRIOTA, s. Aquel que considera el interés de la parte superior al del todo. Delfín de estadistas e instrumento de conquistadores.

 

PATRIOTISMO, s. Basura combustible adherida a la antorcha de cualquiera que quiera iluminar su propio nombre. En el famoso diccionario del Dr. Johnson, el patriotismo es definido como el último recurso de un granuja. Con el debido respeto a un lexicógrafo tan iluminado, aunque inferior, me atrevo a afirmar que es el primero.

 

PAZ, s. En asuntos exteriores, época de engaños entre dos períodos de guerra.

 

PEATÓN, s. Desde el punto de vista del coche, parte móvil (y audible) de la carretera.

 

PERSEVERANCIA, s. Virtud inferior con la cual el mediocre alcanza un éxito sin gloria.

 

PINTURA, s. Arte de proteger superficies planas de la intemperie, y de exponerlas a los críticos.

 

PIRATERÍA, s. Comercio sin aditamentos ni disfraces, tal como Dios lo hizo.

 

PLAGIO, s. Coincidencia literaria entre una prioridad desacreditada y una posterioridad honorable.

 

PLEBISCITO, s. Voto popular para determinar la voluntad del soberano.

 

PLUMA, s. Implemento de tortura provisto por un ganso y generalmente manejado por un asno. El uso de la pluma es ahora obsoleto, pero su equivalente moderno, la pluma de metal, sigue siendo manejada por la misma eterna Presencia.

 

POLÍTICA, s. Conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios. Manejo de asuntos públicos en beneficio privado.

 

POSEÍDO, s. Perturbado por un espíritu maligno, como los cerdos de Gadarene y otros críticos. La posesión fue más común antes que en la actualidad. Arasthus nos narra que un campesino era poseído por un demonio diferente cada día de la semana, y por dos el domingo. Se los solía ver paseando junto a su sombra, cuando la tenían, pero fueron finalmente expulsados por el notario del pueblo, un hombre santo; y también se llevaron consigo al campesino, que se esfumó completamente. Un demonio expulsado del cuerpo de una mujer por el Arzobispo de Reims escapó entre los árboles, perseguido por un centenar de personas. Al llegar a campo abierto, pegó un salto mayor que el chapitel de una iglesia, y se alejó en forma de pájaro. Un capellán del ejército de Cromwell exorcizó a un soldado poseído por un demonio, arrojándolo al agua, donde el demonio emergió a la superficie. No ocurrió lo mismo, desafortunadamente, con el soldado.

 

PREJUICIO, s. Errática opinión sin aparentes medios de sustento.

 

PRERROGATIVA, s. Derecho de un soberano a hacer el mal.

 

PRESENTE, s. Parte de la eternidad que divide los dominios de la decepción de los del reino de la esperanza.

 

PRÓJIMO, s. Aquel a quien se nos ordena amar como a nosotros mismos, pero que hace todo lo posible para que desobedezcamos.

 

RAZONABLE, adj. Sensible a ser infectado por nuestras propias opiniones. Abierto a la persuasión, disuasión y evasión.

 

RAZONAR, v.i. Pesar probabilidades en la balanza del deseo.

 

REBELDE, s. Aquel que propone una nueva forma de desgobierno sin conseguir implantarlo.

 

RECONCILIACIÓN, s. Suspensión de hostilidades. Tregua armada con el fin de desenterrar los muertos.

 

RECONOCER, v.tr. Admitir. El reconocimiento de los errores ajenos es el deber más alto que nos impone nuestro amor a la verdad.

 

RECONSIDERAR, v. Buscar una justificación para una decisión ya tomada.

 

RELICARIO, s. Receptáculo de objetos sagrados tales como pedazos de la verdadera cruz, costillas de santos, las orejas del asno de Balaam, el pulmón del gallo que indujo a Pedro a arrepentirse, etc. Los relicarios son generalmente metálicos, y están provistos de un candado para impedir que el contenido escape y obre milagros fuera de temporada. Una pluma del ala del Ángel de la Anunciación escapó durante un sermón en la Catedral de San Pedro, y cosquilleó las narices de la congregación de tal modo que no tuvieron más remedio que despertarse y estornudar con gran vehemencia, tres veces cada uno. En el Gesta Sanctorum se relata que un sacristán de la catedral de Canterbury sorprendió a la cabeza de San Dionisio en la biblioteca. Reprendida por su severo custodio, la cabeza explicó que estaba buscando un cuerpo doctrinal. Esta indecorosa frivolidad enfureció tanto al diocesano, que el pecador fue anatematizado públicamente, arrojado al pozo y reemplazado por una nueva cabeza de San Dionisio, traída desde Roma.

 

RELIGIÓN, s. Hija del Miedo y de la Esperanza, que explica a la Ignorancia la naturaleza de lo Incognoscible.

 

REPORTERO, s. Escritor que se abre paso hacia la verdad para entonces dispersarla en una tempestad de palabras.

 

RESPONSABILIDAD, s. Carga de quita y pon fácilmente trasladable a los hombros de Dios, el Destino, la Fortuna, la Suerte o el vecino de al lado. En la astrología es costumbre descargarla sobre una estrella.

 

RESUELTO, adj. Obstinado de un modo que aprobamos.

 

REVERENCIA, s. Actitud espiritual de un hombre hacia un Dios y de un perro hacia un hombre.

 

REZAR, v. Pedir que las leyes del universo sean anuladas en beneficio de un único solicitante, confesamente indigno.

 

R.I.P. Negligente abreviatura de "Requiescat in pace", indolente testimonio de nuestros buenos deseos hacia los muertos. Según el erudito Dr. Drigge, sin embargo, esas siglas originalmente no significaban otra cosa que "Reductus in pulvis".

-S-

 

SAGRADO, adj. Dedicado a algún propósito religioso. Que tiene carácter divino. Que inspira pensamientos o sentimientos solemnes, como por ejemplo el Dalai Lama del Tíbet, el Moogum de M'bwango; el Templo de los Monos de Ceilán; la Vaca en la India; el Cocodrilo, Gato y Cebolla del antiguo Egipto; el Mufti de Moosh; el pelo del perro que mordió a Noé, etc.

 

SANTO, s. Pecador muerto, revisado y editado.

 

SATANÁS, s. Uno de los errores más lamentables del Creador. Siendo arcángel al principio, Satanás se convirtió con el tiempo en alguien incómodo en diferentes aspectos, y finalmente fue expulsado del Cielo. A mitad de su caída se detuvo, inclinó su cabeza pensativamente por un momento, y entonces regresó a las alturas. "Hay un favor que me gustaría pedir" dijo. "Habla" contestó Dios. "El hombre, según tengo entendido, está a punto de ser creado. Necesitará leyes". "¡Cómo osas, canalla!" bramó Dios "Tú, su adversario señalado, lleno de odio hacia su alma desde el alba de la eternidad, ¿tú pretendes hacer sus leyes?". "Perdón" replicó el Ángel Caído "lo que querría pedir es que se le permita hacerlas a él mismo". Así se ordenó.

 

SEGURO, s. Ingenioso y moderno juego de azar en el que se permite al jugador gozar de la confortable convicción de que está ganando a la mesa.

 

SINSENTIDO, s. Conjunto de objeciones lanzadas contra este excelente diccionario.

 

SOLO, adj. En mala compañía.

 

TECNICISMO, s. En un juzgado inglés un hombre fue llamado a testificar tras haber acusado a su vecino de asesinato. Las palabras exactas de su declaración fueron: "El Señor Thomas Holt cogió un hacha y golpeó con ella la cabeza de su cocinero, de tal modo que una mitad de la cabeza cayó sobre su hombro derecho y la otra sobre el izquierdo". El acusado fue absuelto siguiendo instrucciones de la corte, ya que se consideró que esas palabras no hablaban de asesinato, pues no afirmaban la muerte del cocinero, siendo ésta nada más que una inferencia.

 

TELÉFONO, s. Invento del demonio que anula algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona desagradable.

 

TRABAJO, s. Uno de los procesos por los que A produce riquezas para B.

 

TREGUA, s. Amistad.

 

TUMBA, s. Lugar donde los muertos yacen esperando la llegada del estudiante de medicina.

 

UNCIÓN, s. Aceitado o engrasado. El rito de la extrema unción consiste en esparcir aceite consagrado por un obispo sobre varias partes del cuerpo de alguien que se está dedicando a morir. Marbury relata que después de aplicar el rito a un noble inglés particularmente malvado, se descubrió que el aceite no había sido bien consagrado, y que no podía conseguirse otro en esos momentos. Cuando se informó de esto al moribundo, éste exclamó furioso: "Entonces, ¡maldito sea si muero!". "Hijo mío", dijo el sacerdote, "eso es lo que tememos".

 

URRACA, s. Pájaro cuya disposición al latrocinio ha hecho que más de uno sugiera la posibilidad de enseñarle a hablar.

 

VERAZ, adj. Mudo y analfabeto.

 

VERDAD, s. Ingeniosa combinación de deseo y apariencia. El descubrimiento de la verdad es el único propósito de la filosofía, que es la ocupación más antigua de la mente humana, y que tiene una clara perspectiva de seguir existiendo, cada vez más activa, hasta el fin de los tiempos.

 

VIDA, s. Escabeche espiritual que preserva el cuerpo de la putrefacción.

 

VIDENTE, s. Persona, en general una mujer, que tiene el poder de ver lo que es invisible para quien la consulta: esto es, que es un idiota.

 

VOTO, s. Símbolo e instrumento del poder de un hombre libre para hacer de sí mismo un tonto y de su país una ruina.

 

ZEUS, s. Jefe de los antiguos dioses griegos, adorado por los romanos como Júpiter y por los modernos Norteamericanos como Dios, Oro, Populacho y Perro. Algunos exploradores que han visitado las costas de América, y uno que afirma haberse adentrado en el interior una distancia considerable, han pensado que esos cuatro nombres corresponden a otras tantas deidades. Pero Frumpp, en su monumental trabajo Creencias Supervivientes, insiste en que los nativos son monoteístas, no teniendo otro dios que ellos mismos, al que adoran bajo numerosos nombres sagrados.

Traducción: Arnod Medvegia

 

 

El Principio Moral y el Interés Material

Un Principio Moral se encontró con un Interés Material en un puente que sólo permitía el paso de uno por vez.
"¡Al suelo, escoria inmunda!" tronó el Principio Moral, "y deja que pase sobre ti".
El Interés Material se limitó a mirarlo a los ojos, sin decir palabra.
"Ah", dijo el Principio Moral, dudando, "echemos a suertes quién debe retirarse hasta que el otro haya pasado".
El Interés Material mantuvo un silencio impasible y una firme mirada.
"Para evitar conflictos", continuó el principio Moral, un tanto intranquilo, "me tumbaré sobre el puente y dejaré que pases sobre mí".
Entonces el Interés Material encontró una lengua, que por extraña coincidencia era la suya propia. "No creo que seas lo suficientemente bueno como para caminar sobre tí" dijo. "Soy un tanto quisquilloso en lo que se refiere a lo que pongo bajo mis pies. De modo que al agua".

 


El Legislador y el Jabón

Un Miembro de la Legislatura de Kansas pasó junto a un jabón sin reconocerlo, pero éste insistió en pararlo y estrechar su mano. Pensando que podría hallarse ante el disfrute de la inmunidad parlamentaria, le dio un franco y largo apretón. Al marcharse observó que parte del jabón se había quedado adherido a su mano, y alarmado corrió a un arroyo cercano para lavársela. Al hacerlo no le quedó más remedio que usar su otra mano también, de modo que al terminar ambas estaban tan limpias que inmediatamente se metió en la cama y mandó llamar a un médico.

 


El Cadí Honesto

Un Ladrón que había asaltado a un Mercader llevándose mil piezas de oro fue llevado ante el Cadí, que le preguntó si tenía algo que alegar para no ser decapitado.
"Señoría" dijo el Ladrón, "no podría haber hecho otra cosa que llevarme el dinero, pues Alá me ha hecho así".
"Tu defensa es llamativa e ingeniosa ", dijo el Cadí, "y debo absolverte del crimen. Desafortunadamente, Alá me ha hecho de tal modo que también debo cortarte la cabeza, a menos" añadió pensativamente, "a menos que me ofrezcas la mitad de lo robado, puesto que Alá me ha hecho débil a la tentación".
Seguidamente, el ladrón puso quinientas piezas de oro en manos del Cadí.
"Bien", dijo el Cadí. "Ahora sólo te cortaré media cabeza. Y para demostrarte que confío en tu discreción, dejaré intacta la mitad que utilizas para hablar".

 


Una Desmedida Ambición

El Presidente de una Gran Corporación entró en una tienda y leyó un cartel que decía "Si no ve lo que quiere, pregunte por ello".
Conque se acercó al encargado, que lo había observado mientras leía la inscripción, e iba a hablar, cuando el encargado dijo a uno de sus empleados:
"John, enséñale el mundo a este caballero".

 


Una Optimista

Dos Ranas atrapadas en el estómago de una serpiente consideraban su especial situación.
"Esta es una suerte más bien amarga", dijo Una.
"No te precipites en tus conclusiones", contestó la Otra; "aquí estamos resguardadas de la intemperie, y tenemos comida y alojamiento".
"Alojamiento desde luego", dijo la Primera Rana; "lo que no veo es la comida".
"Eres una gruñona", explicó la otra. "La comida somos nosotras".

 


El Perro y el Médico

 

Un Perro que había visto a un Médico en el entierro de un acaudalado paciente suyo, le preguntó:
"¿Cuándo piensas desenterrarlo?".
"¿Por qué habría de hacer tal cosa?" repuso el Médico.
"Cuando yo entierro un hueso", dijo el Perro, "es con la intención de, pasado un tiempo, cavar y roerlo".
"Los huesos que yo entierro", concluyó el Médico, "son de los que ya no tienen nada que roer".

 



Dulzuras Desperdiciadas

Un Candidato hacía campaña en su distrito cuando descubrió a una Niñera paseando un bebé en cochecito. Se paró junto a ambos, y estampó un beso en el pegajoso morro del pequeño. Al incorporarse vio a un Hombre que reía.
"¿Por qué se ríe usted?" preguntó el Candidato.

"Porque" respondió aquel Hombre, "ese Bebé es un huérfano del Orfanato".
"Pero la Niñera", replicó el Candidato, "la Niñera relatará el tierno incidente allá donde vaya, y puede que incluso le escriba a su antiguo patrón para comentárselo".
"La Niñera", dijo el hombre que había reído, "pertenece al Internado de Sordomudas Analfabetas".

 

 Santo y Pecador

"Amigo mío", dijo un distinguido oficial del Ejército de Salvación a un Malvado Pecador, "una vez fui un borracho, un ladrón, un asesino. La Divina Gracia me ha convertido en lo que ahora soy".
El Malvado Pecador lo miró de pies a cabeza. "Supongo que de ahora en adelante", dijo, "la Divina Gracia dejará a la gente en paz".

 


El Patriota Ingenioso

 

Tras obtener audiencia con el Rey, un Patriota Ingenioso sacó un papel del bolsillo y dijo:

-Majestad, tengo aquí una fórmula para construir blindajes que ninguna bala de cañón podrá perforar. Si la Armada Real los acepta, nuestros barcos de guerra serán invulnerables y por lo tanto invencibles. Aquí están, también, los informes de los ministros de Su Majestad que dan fe del valor de mi invento. Cederé mis derechos por un millón de tuntunes.

El Rey examinó los documentos, los apartó y prometió al hombre que daría al tesorero mayor del Departamento de Extorsiones la orden de pagarle un millón de tuntunes.

-Y aquí -dijo el Patriota Ingenioso, sacando otro papel de otro bolsillo- están los planos de un cañón que he inventado y que perforará ese blindaje. El real hermano de vuestra Majestad, el Emperador de Bang, tiene mucho interés en comprarlos, pero mi lealtad al trono y a la persona de vuestra Majestad me obliga a ofrecerlos primero a vos. El precio es un millón de tuntunes.

Después de recibir la promesa de un nuevo cheque, el inventor metió la mano en otro bolsillo.

-El precio del cañón irresistible -observó- habría sido mucho mayor, Majestad, si no resultara tan fácil desviar sus balas usando mi tratamiento especial de los blindajes con un novedoso…

El Rey llamó por señas al Gran Factótum.

-Registra a este hombre -ordenó-, y dime cuántos bolsillos tiene.

-Cuarenta y tres, señor -dijo el Gran Factótum al concluir su trabajo.

Majestad -gritó el Patriota Ingenioso, aterrorizado-, uno de ellos contiene tabaco.

-Cuélgalo de los tobillos y sacúdelo -dijo el Rey-; después dale un cheque por cuarenta y dos millones de tuntunes y ejecútalo. Hecho eso, prepara un decreto donde se declare el ingenio delito capital.

 

Una valiosa sugerencia

 

Una Gran Nación, que sostenía una dis­puta con una Pequeña Nación, resolvió inti­midar a su antagonista con una gran demos­tración naval en el puerto principal de la úl­tima. De modo que la Gran Nación reunió todos sus barcos de guerra dispersos en todo el mundo, y estaba a punto de hacerlos na­vegar trescientos cincuenta millas hasta el lugar del encuentro, cuando el Presidente de la Gran Nación recibió la siguiente nota del Presidente de la Pequeña Nación:

“Mi gran y buen amigo, me he enterado de que va a exhibirnos su marina con el objeto de impresionarnos con su poder. ¡Qué innecesario es ese gasto! Para de­mostrarle que ya conocemos todo acerca de esta materia, adjunto a esta una lista de todas las naves y piezas de artillería que ustedes tienen”.

Tanto impresionó al gran y buen amigo la sólida sensatez de esta misiva, que man­tuvo su marina en casa, economizando mil millones de dólares. Gracias a esta econo­mía pudo comprar una decisión satisfacto­ria cuando la causa de la disputa fue so­metida a arbitraje.

Descarga
Ambrose Bierce - El amo de Moxon.pdf
Documento Adobe Acrobat 31.9 KB
Descarga
Ambrose Bierce - Diccionario del Diablo.
Documento Adobe Acrobat 352.3 KB

SEXTO ROMANCE

Del Cid y el moro Abdalla

   Por el Val de las Estacas
pasó el Cid a mediodía
en su caballo Babieca
muy gruesa lanza traía;
va buscando al moro Abdalla,
que enojado le tenía.
Atravesando una loma   y por una cuesta arriba,
dábale el sol en las armas,   ¡oh, qué bien que parecía!;
vido ir al moro Abdalla   por el rellano de arriba,
armado de fuertes armas,   muy ricas ropas traía.
—¡Espéresme, moro Abdalla,   no demuestres cobardía!
A las voces que el Cid daba,   el moro le respondía:
—Muchos tiempos ha, buen Cid,   que deseaba este día,
porque no hay hombre nacido   de quien yo me escondería.
—Alabarte, moro Abdalla,   poco te aprovecharía;
mas si eres cual tú hablas   en esfuerzo y valentía,
a tal tiempo eres venido   que menester te sería.
   Estas palabras diciendo,   contra el moro arremetía;
encontróle con la lanza,   en el suelo le derriba,
cortárale la cabeza   y colgóla de la silla.

LA MISA DE AMOR


Mañanita de San Juan,  

mañanita de primor,
cuando damas y galanes  

van a oír misa mayor.
Allá va la mi señora,  

entre todas la mejor;
viste saya sobre saya,  

mantellín de tornasol,
camisa con oro y perlas  

bordada en el cabezón.
En la su boca muy linda   lleva un poco de dulzor;
en la su cara tan blanca,   un poquito de arrebol,
y en los sus ojuelos garzos   lleva un poco de alcohol;
así entraba por la iglesia   relumbrando como el sol.
Las damas mueren de envidia,   y los galanes de amor.
El que cantaba en el coro,   en el credo se perdió;
el abad que dice misa,   ha trocado la lición;
monacillos que le ayudan,   no aciertan responder, non,
por decir amén, amén,   decían amor, amor.

ROMANCE DE ABENÁMAR


—¡Abenámar, Abenámar,  

moro de la morería,
el día que tú naciste  

grandes señales había!
Estaba la mar en calma,  

la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace  

no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,  

bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,    aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro   y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho   mi madre me lo decía
que mentira no dijese,   que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,   que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar,   aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?   ¡Altos son y relucían!

—El Alhambra era, señor,   y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,   labrados a maravilla.
El moro que los labraba   cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra,   otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,   huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,   castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,   bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,   contigo me casaría;
daréte en arras y dote   a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan,   casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene   muy grande bien me quería.

Anóni

ROMANCE DEL PRISIONERO


Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,    que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día    ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla    que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;    déle Dios mal galardón.

ROMANCE DE LA CONQUISTA

de Alhama, con la cual se comenzó la última guerra de Granada

Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarrambla.
—¡Ay de mi Alhama!
Cartas le fueron venidas
que Alhama era ganada;
las cartas echó en el fuego
y al mensajero matara.
—¡Ay de mi Alhama!   

Descabalga de una mula    y en un caballo cabalga, 

por el Zacatín arriba    subido se había al Alhambra.
—¡Ay de mi Alhama!   

Como en el Alhambra estuvo,    al mismo punto mandaba   

que se toquen sus trompetas,    sus añafiles de plata.
—¡Ay de mi Alhama!
Y que las cajas de guerra    apriesa toquen al arma,
porque lo oigan sus moros,    los de la Vega y Granada.
—¡Ay de mi Albama!
Los moros, que el son oyeron    que al sangriento Marte llama,
uno a uno y dos a dos    juntado se ha gran batalla.
—¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un moro viejo,    de esta manera hablara:
-¿Para qué nos llamas, rey,    para qué es esta llamada?
—¡Ay de mi Alhama!
—Habéis de saber, amigos,    una nueva desdichada,
que cristianos de braveza    ya nos han ganado Alhama.
—¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un a1faquí    de barba crecida y cana:
—Bien se te emplea, buen rey,    buen rey, bien se te empleara.
—¡Ay de mi Alhama!
Mataste los Bencerrajes,    que eran la flor de Granada;
cogiste los tornadizos    de Córdoba la nombrada.
—¡Ay de mi Alhama!
Por eso mereces, rey,    una pena muy doblada:
que te pierdas tú y el reino    y aquí se pierda Granada.
—¡Ay de mi Alhama!